¿Quién
no sufre celulitis?
Entre el 85 y el
98 % de las mujeres sufren esa odiosa piel de naranja con su antiestética
combinación de grasas y toxinas que aparece en piernas, glúteos, abdomen y
hasta en los brazos y nos acompleja a más no poder. Aunque raramente afecta a
los hombres, el tema se viene investigando hace años pues es un problema que
preocupa a un gran sector de la población en todo el mundo y nos convierte en
un atractivo mercado. El hecho de pasar el medio siglo no resuelve el problema,
y en algunos aspectos, lo agrava.
¿Qué ocasiona la celulitis?
Es
en el tejido subcutáneo (debajo de la epidermis) donde comienzan los problemas.
En esta capa de la piel, compuesta de tejido conjuntivo laxo y adiposo
(grasa), existen cámaras de grasa separadas por tejido conectivo; cuando estas cámaras aumentan por la grasa
(que comienza a unirse formando microcitos primero y macrocitos después) y la toxina acumulada, o se hace más delgado
el tejido que las contiene, aparece la odiosa celulitis. Por ello una
deportista puede llegar a tener celulitis, pues no es sólo uno el factor que la
origina sino que, por el contrario, el tema es muy complejo.
¿Por qué se produce el afinamiento del tejido conectivo?
Este tejido está
formado principalmente por colágeno (al igual que los tendones, los ligamentos
o la piel). Cualquier
defecto en la formación de colágeno puede dañar el tejido conectivo o facilitar
la formación de agujeros, permitiendo la aparición de celulitis. Para
mantener su integridad, el colágeno necesita oxígeno y nutrientes que obtiene
de la sangre. Una adecuada
actividad física y una dieta saludable contribuyen a una buena
irrigación sanguínea y con ella a una adecuada formación de colágeno.
De otro lado el envejecimiento normal del organismo, la
menopausia y su baja de estrógenos, o una vida excesivamente sedentaria pueden
interferir en su adecuada estructura.
Aunque jóvenes saludables con buenos niveles de estrógeno y sin
problemas circulatorios pueden sufrir celulitis por un aumento de grasa en las cámaras del tejido subcutáneo,
aún sin llegar al sobrepeso u obesidad, quienes no estamos en la juventud ni somos atléticas,
tenemos más probabilidad de padecerla pues nuestras deficiencias hormonales
no ayudan y la pérdida de fibra muscular (por la misma causa) tampoco.
¿Qué hacemos mal?
La Celulitis después de los 50
Al parecer los principales errores que cometemos serían
tres:
Ser
mujer (porque hay un tema hormonal e todo el asunto y las mujeres de más de cincuenta tenemos,
encima, el tema de la menopausia en contra...)
Tener
un estilo de vida citadino (poco ejercicio, mucho estrés y dieta
inadecuada con muchos carbohidratos,
azúcares y grasas).
Ingerir
poca agua (todo el mundo nos lo dice, pero... ¿hacemos algo al respecto?
Reconocer los errores debe ser el primer paso para
corregirlos, y es claro que si no hacemos cambios en nuestro estilo de vida, la
celulitis ganará la batalla.
¿Y los productos maravilla?
Al parecer, son una maravilla... para quien los vende,
pues ganan mucho dinero con la desesperación de quienes buscan resultados rápidos y milagrosos que no
existen. En algunos casos hay geles que sí facilitan la eliminación de
toxinas cuando la
celulitis está en una etapa inicial y contribuye a disminuirla, pero no puede
hacer lo mismo con estados más avanzados.
Algunos
otros productos tienen un ligero efecto antiinflamatorio, por lo que
parece haber una reducción de medidas, pero es un efecto temporal de corto
plazo que no vale el gasto ni las ilusiones.
Hay
muchas máquinas, pastillas, tratamientos con vendas, geles, rayos de colores y
cuanto puedas imaginar... puedes intentarlo y contarnos luego cuánto
dinero perdiste. La verdad
es que nada de eso funciona.
No
está probado que los masajes sean una
solución para eliminar la celulitis, pues la grasa que nos preocupa no
es la que se encuentra en la parte superior de la piel sino en la
subcutánea, pero aún así pueden
realizarse sesiones de masajes en la medida en que favorecen la circulación de
la sangre y eso siempre ayuda. Hay que tener mucho cuidado de hacerlo adecuadamente o de preferencia
por un profesional, ya que un masaje demasiado vigoroso puede destruir esas
capas de la piel que estamos tratando de recuperar.
Los masajes linfáticos, por otro lado, buscan estimular
la circulación de la linfa que permite la eliminación de toxinas de la piel y
del organismo, razón por la que podrían ayudar pero sólo como parte de un
programa anticelulítico, y siempre que además se siga las recomendaciones
anotadas, en lo referente a dieta, agua y ejercicio, principalmente.
¿Qué podemos hacer para librarnos de la celulitis?
La verdad es que no habrá
solución rápida ni sencilla, pero si modificamos nuestro estilo de vida no sólo
podremos ganar la batalla contra la odiosa celulitis sino que tendremos una
vida más saludable y placentera. Si no entendemos la necesidad de hacer
ejercicio (y no vale sumar los desplazamientos dentro de la casa o lo que
andamos de aquí para allá, pero con grandes pausas entre una caminata y otra)
poco podremos lograr. El ejercicio no
sólo ayudará a reducir la grasa sino que favorece el mantener el tono muscular
y la formación de colágeno. Y no se trata únicamente d ir a un gimnasio o salir
a trotar, sino de buscar opciones al alcance de una, como caminar una hora
diaria o subir y bajar escaleras en vez de tomar el ascensor, hacer bicicleta
al aire libre 3 veces por semana u otras. Algo que también podemos dejar de lado son los pantalones
muy ajustados, pues no facilitan la circulación sanguínea en las
piernas.
Plan anti celulitis
Actividad
física regular (pesas, caminar, correr, bailar, nadar, pilates, hacer
aeróbicos, máquinas u otros, por 45 minutos como mínimo, todos los días).
Consumir
agua (2 litros diarios ayuda a reducir las toxinas de tu piel)
Un
régimen alimenticio adecuado (poca azúcar, grasa y carbohidratos, y
mayores cantidades de fruta y verdura; eliminar frituras).
Tener
un colon limpio (lucha a muerte contra el estreñimiento, para evitar toxinas que viajen por nuestro
torrente sanguíneo y se acumulen en las capas más interiores de la piel).
No
fumar (¿es necesario hablar sobre cómo el cigarro envenena nuestro
cuerpo?).
Reducir el estrés (en muchas personas la tensión afecta
la piel de diversos modos, entre ellos produciendo más grasa o constriñendo los
vasos capilares e impidiendo una buena circulación).
Algo
que debemos aprender a aceptar es que nuestro organismo responderá a esto como
a todo, de una forma diferente de cómo lo hacía cuando teníamos 30 o 40.
El organismo humano es una máquina maravillosa, pero sufre el desgaste natural
del tiempo, y no podemos pedirle milagros. Lo que debemos hacer es alimentarla
lo mejor posible (dieta saludable) y darle el mantenimiento que requiere
(ejercicio).
Si
la manejamos con sabiduría (sin estrés y con actitud positiva en todo)
no sólo puede brindarnos muchos años de una vida placentera y llena de
oportunidades, sino que tendremos la capacidad para disfrutarlos.
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