Agradecer,
agradecer, agradecer. Que este sea tu mantra diario porque la gratitud alegra,
ilumina y anima.
Dar
gracias es un alivio para el alma cansada, es un poema al amor, es aprender a valorarlo todo.
La gratitud es liberadora y sanadora, por lo
mismo, agradece siempre lo
pequeño y lo grandioso.
Cierto día me dijo un prisionero: “Cuando me quejaba de todo era
infeliz, ahora que doy gracias me siento libre y en paz”.
Cada
día escoge tres realidades y da gracias por algo diferente,
verás como mejora tu estado de ánimo.
Date el regalo de espantar las quejas y los lamentos,
date el regalo de apreciar
todo lo bueno y bello de la vida.
La
gratitud es una flor hermosa en el jardín de la vida, es
un pararrayos contra la tristeza y te llena le vida de colores.
Gracias,
Dios por tu amor ilimitado y por tantas bendiciones. Tu
vida no es un desierto si
das gracias de modo constante.
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