¿Qué
es la felicidad? No hablamos sólo de un estado emocional, de un determinado
momento, sino de una actitud que nos acompañará a lo largo de las distintas
etapas de nuestra vida. Es por eso que para cada persona, el anhelo de
felicidad es diferente, así como las expectativas y posibilidades.
“La felicidad no
se mide, no se pesa ni se compra, la felicidad depende de cada uno de nosotros y no sólo depende
factores materiales, sino que son muchos los aspectos de nuestra vida cotidiana
que debemos tener en cuenta para conseguir sentirse en harmonía con uno mismo”.
Y para conseguir esta felicidad, es importante sentirnos bien por dentro y por
fuera.
Ejercicio.
Se recomienda realizar unos 30 minutos de ejercicio al día. La actividad física
es necesaria para nuestro cuerpo: relaja nuestra mente, aumenta el riego
sanguíneo y favorece la eliminación de toxinas. Pero no sólo eso, el ejercicio
tienen una efecto que ayuda aún más a nuestra felicidad: estimula las
generación de endorfinas (las hormonas que nos producen la sensación de placer
y relajación) a nivel cerebral, y disminuye el cortisol y la histamina,
productores de desajustes orgánicos relacionados con el dolor y la infelicidad.
¡Media hora de ejercicio será el mejor antídoto contra la tristeza y el
estrés!.
Alimentación.
Seguro que has escuchado alguna vez el dicho “eres lo que comes”. ¡Pues tiene
toda la razón! Todo lo que consumimos tiene un importante impacto en nuestro
estado de ánimo. Por eso, lo recomendable es comer algo ligero cada tres o
cuatro horas y no saltarnos comidas para así mantener los niveles de glucosa
estables. Además, debemos evitar el exceso de algunos alimentos como harinas
blancas, grasas y el azúcar. Las frutas y las verduras en abundancia mejorarán
nuestro metabolism interno. Y recuerda, la salud interior es lo primero para
sentirse bien.
Ríete.
¿Sabías que los niños ríen unas 300 veces al día mientras que los adultos sólo
lo hacen unas 40? Reír es, aparte de
divertido y saludable, nos ayuda a ser más felices y genera endorfinas.
El
amor. Amar y ser amados es una necesidad humana. Todos necesitamos las
relaciones y el contacto para sentirnos felices. Nuestros amigos y familiares
son indispensables para compartir la felicidad. El deterioro de este tipo de
relaciones es la mayor fuente de infelicidad de las personas.
Busca
tiempo y especio para estar con los tuyos y cuida tus relaciones, serás
mucho más feliz.
Vive
experiencias. Para el 75% de la población, los momentos y las
experiencias aportan mayor felicidad que lo material. Vete de viaje con la
gente que quieres, sal al campo para estar en contacto con la naturaleza o
simplemente, da un paseo por un parque.
Este tipo de experiencias nos llenan de sensaciones duraderas y buenos
recuerdos que no se desvanecen.
La
importancia de la música. Escuchar música despierta nuestros deseos de
cantar y bailar, lo cual genera una sensación de felicidad interna y alegría.
Escucha música a diario y alégrate un poco el día. La combinación música,
playa, deporte o relax pueden aumentar
nuestra sensación de felicidad.
Cuídate.
A veces dedicamos tanto tiempo a los demás que olvidamos cuidarnos a nosotros
mismos. Cuando te ves bien, cuando te arreglas y cuidas tu aspecto, tu felicidad
aumenta. Si te encuentras bien contigo
mismo transmitirás esta buena sensación al resto de personas, lo cual será
beneficioso también para ti. No puedes querer si no te quieres a ti mismo
antes.
Ser
asertivo. Es decir, exprésate de forma consciente, sincera, clara,
directa y equilibrada. Comunica tus ideas y sentimientos de forma positiva, sin
la intención de herir o perjudicar a los demás. De esta forma, mejorarás tu
autoestima mientras eres tú mismo sin herir a los demás. Es parte de nuestra
autoafirmación para la felicidad.
Solidarízate.
Es una de las mayores experiencias de felicidad. Dar sin esperar nada a cambio
es un acto de amor que se ve compensado con beneficios emocionales. Practica y
disfruta con la ayuda desinteresada a los más desfavorecidos.
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