La
citología vaginal ono detecta la mayoría de las enfermedades de transmisión
sexual.
Se trata de una prueba que se utiliza, principalmente,
para encontrar alguna anomalía en las células cervicales por causa del VPH. Por
tanto, es más que recomendable hacerse un par de citologías al año, para
minorar las posibilidades. Pero en el caso de enfermedades como la clamidia y
la gonorrea, hay que hacer un test anual para cada una de ellas. Debido a que
suele afectar con mayor índice a las mujeres menores de 25 años, estas son las
que deben hacerse más revisiones anualmente.
La
mayoría de enfermedades de transmisión sexual no presentan síntomas.
Pero siguen teniendo serios efectos secundarios, como la
infección vaginal, la infertilidad y los abortos accidentales.
El
mayor riesgo de enfermedad de transmisión sexual se tiene entre los 20 y 24
años.
El caso más común es el del VPH, del que mucha gente no
es consciente. Para contagiarlo, no es necesaria la penetración, basta con el
contacto con la piel. Cualquier persona que haya tenido contacto de sus
genitales con los de otra persona está en riesgo.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que hoy en día, la
clamidia (enfermedad que daña el aparato reproductor femenino y masculino)
sigue siendo la más habitual.
Miles
de mujeres pierden su fertilidad por infección del VPH cada año.
Esto se debe principalmente a que no consultan a un
especialista hasta bien entrada la infección. Mientras el virus se encuentra en
tempranas fases de desarrollo, son pocas las mujeres que realizan una revisión
médica y consiguen localizar el problema antes de que sea demasiado tarde.
Chicas, es gratis, así que ya no hay excusa.
Los hombres y mujeres con mayor actividad sexual
son más propensos a tener el VPH en algún momento de sus vidas.
Un dato impactante: 79 millones de personas están
actualmente infectadas. Si hacemos una prueba con 100 individuos sin ningún
síntoma del VPH, más de 90 saldrían con resultados positivos.
Puedes
(y debes) vacunarte contra el VPH hasta los 26 años.
Las mujeres no solían vacunarse por el elevado coste del
tratamiento, o porque pensaban que ya eran demasiado mayores para contagiarse.
Uno de los principales efectos del VPH es el cáncer cervical, que es
desarrollado en un 99% de los casos, y generalmente tarda de 10 a 20 años en
aparecer. Por este motivo, las mujeres que ya no son sexualmente activas deben
seguir realizándose revisiones ginecológicas rutinariamente.
Las
veinteañeras tienen más riesgo de tener embarazos no planeados que las
adolescentes.
Esto ocurre porque, con la edad, los hombres se vuelven
más descuidados y toman menos precauciones con los anticonceptivos.
Una
de las mayores causas de infertilidad es la Clamidia.
Pero si es detectada a tiempo, puede tratarse con
antibióticos. La gonorrea y endometriosis son otras de las causas. Aunque los
tests de embarazo controlan la infertilidad, el riesgo de clamidia y la
infección vaginal, sigue siendo conveniente hacerse una revisión, al menos una
vez al año.
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