El
sarpullido causado por el calor, también conocido como "fiebre
miliar" o "sarpullido estival", es una erupción de pequeños
bultitos (y a veces pequeñas ampollas) en la piel que pueden aparecer
cuando un niño está expuesto a altas temperaturas. Los bultitos pueden ser de
color rojo, en especial si la piel es blanca. Es más común en los bebés, pero pueden padecerlo niños de
todas las edades.
Si tu niño pequeño tiene un sarpullido causado por el
calor, lo más probable es que lo veas en los pliegues de su piel y en partes
del cuerpo donde las prendas están ajustadas, incluido el pecho, estómago,
cuello, entrepierna y nalgas. Si usa gorras o sombreros, el sarpullido puede diseminarse a lo largo
del cuero cabelludo o la frente.
¿Qué
produce el sarpullido causado por el calor?
El niño transpira para enfriarse, pero si sus poros se
obstruyen y el sudor no puede salir, desarrollará un sarpullido causado por el
calor. (Los niños son particularmente propensos porque tienen poros más
pequeños que los adultos.)
El tiempo cálido y húmedo es el más propicio para este
tipo de sarpullido, pero puede aparecer en el invierno también, si el niño
lleva demasiadas prendas de vestir o si tiene una fiebre que lo hace sudar
mucho.
Si bien este cuadro no es grave, es un signo de que el
niño está demasiado caliente. Si no tomas medidas para enfriarlo, podría
padecer una condición seria como agotamiento por calor o una insolación.
El
sarpullido por calor no es doloroso, pero puede causar una comezón irritante.
Algunos de los bultitos pueden doler un poco al tocarlos.
¿Cómo debo tratar el sarpullido
causado por el calor?
Comienza enfriando a tu niño. Aflójale o quítale la ropa
y llévalo a una sala aireada o a un lugar con sombra.
Puedes ponerlo sobre una toalla de algodón, para ayudar a
absorber la transpiración. Colócale paños húmedos frescos en las áreas
afectadas por el sarpullido. Un baño tibio con dos cucharaditas de bicarbonato
de sodio también puede ayudar.
Déjalo secar al aire en lugar de secarlo con una toalla.
Y no uses ungüentos o cremas sobre el sarpullido, esto puede empeorar al
atrapar la humedad.
Si hace calor durante la noche, usa un acondicionador de
aire o un ventilador en el dormitorio. Orienta el ventilador cerca de donde
está el niño pero no directamente sobre él, o colócalo lo suficientemente lejos
como para que sólo le llegue una brisa suave
Asegúrate
de que tenga las uñas cortas, para que no se pueda rascar si el sarpullido
comienza a producir picazón
¿Cómo prevenir el sarpullido
causado por el calor?
Mantén al niño cómodamente fresco vistiéndolo con prendas
holgadas y livianas, en especial en los climas cálidos y húmedos. Los tejidos
naturales como el algodón son absorbentes y le permitirán sudar con mayor
eficacia que los tejidos sintéticos.
Una leve aplicación de fécula de maíz en los pliegues de
piel del niño puede ayudar a evitar el sarpullido. Si el día es muy caluroso, mantén al niño dentro
de la casa o busca un lugar externo fresco, con sombra o con brisa donde pueda
sentarse a jugar.
QUE BUENO ES ESTAR VIVO PORQUE LA MEJOR EPOCA ES AHORA
Nunca
hasta ahora ha sido el mundo un lugar tan bueno para vivir”, afirma el
escritor científico Matt Ridley, “y cada vez será mejor”.
Actualmente, en un
mundo atenazado por la crisis económica mundial y asediado por la pobreza, la
enfermedad y la guerra, estas palabras son una provocación para algunos
sectores. Los detractores de Rid ley le han llamado “negacionista” e “infame” y
lo han acusado de “jugar con la verdad”, debido a sus opiniones sobre el cambio
climático y el mercado libre.
Sin embargo, Ridley, de 54 años, autor de The Rational
Optimist, su obra más reciente, sigue en sus trece. “No es de locos creer en un futuro feliz para las
personas y el planeta”, afirma. Ridley, que ha sido corresponsal en el
extranjero, zoólogo, economista y financiero, aporta una amplia perspectiva a
su visión positiva. “La gente dice que estoy chiflado por afirmar que el mundo
seguirá mejorando
1. Estamos mejor que nunca
Comparado con hace 50 años, el ser humano medio gana casi
tres veces más (teniendo en cuenta la inflación), ingiere un tercio más de
calorías, entierra a dos tercios menos de sus hijos y puede tener un 33% más de
esperanza de vida. Es difícil encontrar una región del mundo donde se viva peor
ahora que entonces, a pesar de que la población mundial se ha más que duplicado
en ese período.
2.
La vida urbana es buena
Las viviendas urbanas ocupan menos espacio, usan menos
energía y tienen menos impacto ambiental que las casas de campo. Las ciudades
dan cobijo a más de la mitad de la población mundial, pero ocupan menos del 3%
de su superficie terrenal. El crecimiento urbano puede disgustar a los
ecologistas, pero vivir en el campo no es la mejor manera de cuidar la tierra.
Lo mejor que podemos hacer por el planeta es construir
más rascacielos.
3.
La pobreza está cayendo en picada
Los ricos cada vez son más ricos, pero los pobres han
mejorado aún más. Entre 1980 y 2000, los pobres multiplicaron por dos el
consumo. Los chinos son diez veces más ricos y viven unos 25 años más que hace
50 años. Los nigerianos son dos veces más ricos y viven nueve años más. El
porcentaje de población en el mundo que vive en la absoluta pobreza ha
disminuido en más de la mitad. Naciones Unidas estima que la pobreza se ha
reducido más en los últimos 50 años que en los 500 años anteriores.
4.
Lo esencial cuesta menos
Las cuatro necesidades básicas del hombre —alimento,
ropa, combustible y vivienda— son mucho más baratas.
En 1800, una vela que diera una hora de luz costaba seis
horas de trabajo. En la década de los 80 del siglo XIX, la misma luz de una
lámpara de queroseno costaba 15 minutos de trabajo. En 1950, eran ocho
segundos. Hoy en día, cuesta medio segundo de trabajo. En estos términos,
estamos 43.200 veces en mejores circunstancias que en 1800.
5.
El medio ambiente está mejor de lo que piensas
En Estados Unidos, el aire, los ríos, los lagos y los
mares son cada vez más limpios. Actualmente, un coche emite menos contaminación
a toda velocidad que lo que emitía un coche aparcado en 1970.
6.
Innovación continua
Incluso si tenemos en cuenta la población que vive en la
mayor de las miserias, nuestra generación tiene acceso a más calorías, vatios,
caballos, gigabytes, megahercios, metros cuadrados, millas aéreas, alimentos
por hectárea, millas por litro y, por supuesto, dinero que cualquier generación
anterior. Eso seguirá siendo así mientras usemos estas cosas para hacer otras.
Cuanto más nos especialicemos e intercambiemos, más mejorarán nuestras
circunstancias.
7.
El comercio global enriquece nuestras vidas
A las 9 de la mañana, me he afeitado con una cuchilla
americana, he comido pan elaborado con harina francesa y extendido mantequilla
de Nueva Zelanda y mermelada española, he bebido té de Sri Lanka, me he vestido
con ropa de algodón indio y lana australiana, me he puesto zapatos de piel
china y goma malaya y he leído un periódico impreso en papel finlandés con
tinta china. He consumido fracciones minúsculas del trabajo productivo de
cientos de personas. La autonomía económica significa pobreza.
8.
Más producción agrícola= más tierra salvaje
Mientras que la población mundial ha aumentado más de
cuatro veces desde 1900, también han aumentado otras cosas: la superficie
cultivada en un 30%, las cosechas en un 600%. Al mismo tiempo, se han
replantado más de 800 millones de hectáreas de bosque tropical “secundario”
porque los granjeros han abandonado sus tierras para irse a vivir a la ciudad.
Este bosque tropical es rico en biodiversidad.
De hecho, voy a hacer una predicción estrafalaria: el
mundo se alimentará por sí mismo cada vez en mayor medida a lo largo de este
siglo sin tener que arar ni una hectárea nueva.
9.
Los viejos buenos tiempos no lo eran tanto
Algunas personas argumentan que en el pasado existía una
tranquilidad, simplicidad, sociabilidad y espiritualidad que han dejado de
existir hoy en día. Esa nostalgia teñida de rosa se limita generalmente a los
ricos. Es más fácil considerar romántica la vida de un pionero cuando no tienes
que salir de tu casa para ir al baño.
10.
El aumento de la población no es una amenaza
Aunque la población mundial está creciendo, el índice de
crecimiento se ha ido reduciendo durante 50 años. En todo el planeta, las tasas
de natalidad son menores que en 1960, y en el mundo menos desarrollado, la tasa
de natalidad se ha detenido prácticamente. Esto ocurre a pesar de que la gente
vive más años y de que los índices de mortalidad infantil han disminuido. Según
una estimación de Naciones Unidas, la población empezará a estabilizarse cuando
alcance 10.100 millones de habitantes en 2100, así que hay perspectivas de
poder alimentar al mundo para siempre.
Después de todo, ya somos 7.000 millones de habitantes en
la tierra y cada década que pasa comemos mejor.
11.
El petróleo no se está agotando
En 1970, había 550.000 millones de barriles de reserva de
petróleo en el mundo, y en los 20 años siguientes se consumieron 600.000
millones. Así que en 1990, las reservas tendrían que haberse sobrepasado en
50.000 millones de barriles. Sin embargo, las reservas ascendían a 900.000
millones, sin contar las arenas bituminosas y los petróleos pesados que
contienen, entre ambos, 20 veces más petróleo que las reservas de Arabia Saudí.
El petróleo, el carbón y el gas son finitos pero durarán décadas y se
encontrarán alternativas viables antes de que se agoten dichos recursos.
12.
La generación más afortunada
Esta generación ha experimentado más paz, libertad, ocio,
educación, medicina y viajes que ninguna otra en la historia. Sin embargo,
acoge con entusiasmo cada oportunidad que tiene de deprimirse. Los consumidores
no celebran la maravillosa selección de productos y, según los psicólogos,
dicen que se sienten “abrumados”. Cuando voy al supermercado de mi barrio, no
veo que la gente se deprima por la imposibilidad de elegir los productos, sino
que veo cómo la gente los escoge.
13.
Las tormentas no están empeorando
En absoluto. Aunque el clima se calentó ligeramente el
siglo pasado, la incidencia de huracanes y ciclones ha disminuido. Desde los
años 20, la tasa de mortalidad anual global causada por los desastres naturales
relacionados con la climatología (es decir, el porcentaje de muertes y no el
número total) ha descendido en un asombroso 99%.
El poder letal de los huracanes depende más de la riqueza
que de la velocidad del viento. Un terrible huracán golpeó la península de
Yucatán, en México en 2007, pero como la zona estaba muy bien acondicionada, no
hubo ninguna víctima. Una tormenta similar azotó la empobrecida Birmania al año
siguiente y murieron 200.000 personas. La mejor defensa contra los desastres es
la prosperidad y la libertad.
14.
Siguen surgiendo grandes ideas
Cuanto más prosperamos, más podemos prosperar. Cuanto más
inventamos, más inventos son posibles. El mundo de las cosas está sujeto
generalmente a rendimientos cada vez menores. El mundo de las ideas no: el
intercambio cada vez mayor de ideas da lugar a una tasa cada vez mayor de
innovación en el mundo moderno. Ni siquiera existe una posibilidad teórica de
agotar el suministro de ideas, descubrimientos e invenciones.
15.
Podemos resolver todos nuestros problemas
Si dices que el mundo seguirá mejorando, te consideran un
loco. Si dices que hay una catástrofe inminente, puede que te den el Premio
Nobel.
Las librerías rezongan pesimismo; las ondas radiofónicas
irradian fatalidad. No puedo recordar una época en la que no hubiera alguien
que me dijera que el mundo solo sobreviviría si abandonaba el crecimiento
económico. Pero el mundo no seguirá siendo como es ahora. La raza humana se ha
convertido en una máquina de resolver problemas: resuelve los problemas
cambiando las formas. El peligro real proviene de querer ralentizar el cambio.
16.
Esta depresión no es deprimente
La Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado fue
simplemente una caída en la carrera ascendente del nivel de vida de los
humanos. En 1939, incluso los países más afectados como Estados Unidos y
Alemania, eran más ricos que en 1930. Durante la Depresión, nacieron todo tipo
de productos e industrias nuevas. Así que, el crecimiento se reanudará a menos
que lo impidan las políticas erróneas. Alguien en alguna parte está modificando
un software, probando un nuevo material o transmitiendo un gen que hará la vida
más fácil o más divertida.
17.
Los optimistas tienen razón
Durante 200 años, los pesimistas han llenado todos los
titulares, a pesar de que generalmente eran los optimistas los que tenían
razón. Hay unos grandes intereses creados en el pesimismo. Ninguna organización
de caridad conseguirá más dinero si dice que las cosas están mejorando. Ningún
periódico llenará la portada contando que hoy en día son menos probables los
desastres.
Los grupos de presión y sus clientes de los medios de
comunicación buscan incluso las estadísticas más alegres para los atisbos de
fatalidad. No te dejes intimidar: ¡atrévete a ser optimista!
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