Es
graciosa la expresión "me levanté con el pie izquierdo".
¿Sabes cuándo te levantas con
ese pie?
Cuando
saludas el día pensando negativamente, con quejas, con la
mente llena de sombras y tu espíritu en el suelo.
¿Por qué saludar así una nueva jornada?
¿Cómo puedes mejorar
atrayendo lo peor?
Aunque estés ahora en un túnel, cree que eso es pasajero y
piensa siempre en lo mejor.
Hay
personas que reciben animosas el día aunque están
enfermas o en serias dificultades.
Cree
que Dios está contigo, afronta con entereza las pruebas, sé paciente y la luz volverá a
brillar.
Inicia el día con alabanzas y gratitud,
espanta el desaliento y
prográmate para lo mejor.
Levántate
con el pie derecho, con entusiasmo y una renovada energía, cree que
vas a volar con las águilas.
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