Vas
caminando con tu taza de café y de repente alguien pasa, te empuja y hace que
se te derrame el café por todas partes.
-¿Por qué se te derramó café?
Derramaste
el café porque tenías café en la taza. Si hubiera sido té, hubieras derramado
el té.
Lo que tengas en la taza, es lo que se va a derramar.
Por lo tanto, cuando la vida te sacude (qué seguro
pasará) lo que sea que tengas dentro de ti, vas a derramar.
Puedes ir por la vida fingiendo que tu taza está llena de
virtudes, pero cuando la vida te empuje vas a derramar lo que en realidad
tengas en tu interior. Eventualmente sale la verdad a la luz.
Así que habrá que preguntarse a uno mismo. ¿Qué hay en mi
taza?
Cuando la vida se ponga difícil, qué voy a derramar?
¿Alegría,
agradecimiento, paz, humildad,
o
coraje, amargura, palabras y reacciones duras?
¡Tú
eliges!
Ahora, trabaja en llenar tu taza con gratitud, perdón,
alegria, palabras llenas de fe, amabilidad, generosidad y amor para los demás.
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