Quien
lentamente vivió
para
su arte
me
hace suplicarle al tiempo
que
camine muy despacio.
Papeles, telas, murales,
señalados por sus manos,
permanecen.
¡Oh
libertad prisionera!
¡Oh
vida en muerte!
¡Salvador
del tiempo!
¡Óyeme!
Quisiera llenar las horas
como tú las llenas,
con
el mismo ímpetu y freno
de
tus líneas y colores.
Yo
quiero
que
estos años,
los
que faltan,
duren
mucho.
(Y no lo digo por mí,
aunque tampoco
soy joven).
Lo digo por ti,
Picasso,
que mereces
tiempo
lento,
para
vivir
y
pintar...
Y por mis ojos.
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