Estudio
desmiente versiones que indican que licor en pequeñas cantidades es positivo
para la salud.
¿Tomarse unos tragos de vez en cuando puede ser
saludable?
El doctor Carlos Francisco explíca algunos mitos del
alcohol.
La
idea de que uno o dos tragos al día pueden ser buenos para la salud no es más
que un mito; eso, a juzgar por un estudio muy riguroso que concluye sin
atenuantes que frente al alcohol no hay ningún nivel de consumo seguro.
Así lo dice Emmanuela Gakidou, investigadora del
Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington y que además asegura que, al
año, casi tres millones de muertes se le achacan al licor.
Y esto no es juego
Después de analizar a fondo la situación, los estudiosos
encontraron que en el mundo existen más de dos mil millones de bebedores, de
los cuales el 63 por
ciento son hombres
Y, aunque los patrones de consumo varían según el país,
la relación entre trago y daño a la salud es más o menos similar.
Hay
efectos negativos como enfermedades cardiovasculares, daños neurológicos,
diabetes, demencia, Alzheimer
Ni
una cerveza ni un vaso de vino al día son buenos, según estudio
Promedios peligrosos
Lo cierto es que el estudio derrumba los pilares del
denominado consumo promedio “establecido
en diez gramos de alcohol puro para cada persona diariamente” (una copa
de cien mililitros de vino tinto o una cerveza de 375 mililitros)
Sin embargo, ya se había demostrado que esta cantidad,
considerada segura, en realidad está relacionada con una esperanza de vida más
corta y con consecuencias irreparables para la salud, según dijo Dan Blazer de
la Universidad de Duke, después de realizar un metaanálisis publicado en la
misma revista 'Lancet' hace algunos meses.
Pero
el estudio de la semana pasada va mucho más allá
Después
de analizar los patrones de salud relacionados con el alcohol entre 1990 y 2016
en 195 países, llegó a la conclusión de que ni siquiera esta cantidad debería
consumirse, tanto que califica el alcohol como una droga mortal.
Ya
se conocía que beber alcohol, incluso en pocas cantidades, causa daños
irreversibles en el ADN, al punto de que puede transformar las células
en malignas, dando paso al cáncer y afectando al cerebro.
Dicha investigación lo relaciona además con 23 desenlaces
sanitarios negativos, entre los que se encuentran enfermedades cardiovasculares, daños neurológicos,
síndrome metabólico, diabetes, demencia, enfermedad de Alzheimer, y con
accidentes de tránsito y violencia común.
Todo lo anterior, sustentado en una sola sentencia: el alcohol, incluso en
cantidades mínimas, acorta la vida
Para empezar, el endocrinólogo Iván Darío Escobar
advierte que el alcohol produce un efecto tóxico directo y un efecto sedante
sobre el organismo.
Además, dice el especialista, su ingesta excesiva durante periodos prolongados
desencadena daños en diferentes órganos y conduce a carencias en la nutrición,
lo que termina por acompañarse de una enfermedad crónica y peligrosa: el alcoholismo.
Efectos
dañinos
Los efectos sobre los principales sistemas del organismo
son acumulativos y según Hernán Yupanqui, endocrinólogo de Funcobes, producen alteraciones a nivel
digestivo, entre las que se destacan las úlceras estomacales e
intestinales, la pancreatitis crónica y la cirrosis hepática, además de lesiones en el sistema nervioso
central y en los nervios periféricos.
El neurólogo Gustavo Castro señala que los daños sobre el
sistema nervioso son tan severos que, además del daño estructural, produce deterioro mental
secundario a la adicción
“Temblores,
pérdidas de conocimiento, alucinaciones son característicos en personas
afectadas por el alcohol y que se agravan en el conocido delirium
tremens, que puede llegar a ser mortal.
Capítulo especial merecen los daños graves que ocasiona el licor durante el
embarazo y que, según el pediatra Vladimir Muñoz Rodríguez, van desde el
retraso en el desarrollo
embrionario hasta la génesis de un síndrome de alcoholismo fetal, algo
simplemente grave
El neurólogo Castro hace un listado de los efectos que
dejan unos pocos tragos y que empiezan por la alteración de la razón, disminución de los reflejos, dificultad para hablar, pérdida del control muscular
y del equilibrio, disminución de la agudeza visual
y auditiva, limitación
en la capacidad para reaccionar, náuseas, vómito y dilatación de vasos sanguíneos.
Los
síntomas anteriores pueden incrementarse si el consumo aumenta a grandes
cantidades hasta provocar pérdida de conocimiento, dificultad para respirar,
gastritis crónica, daño en las células del hígado, cirrosis, hepatitis,
hemorragias digestivas, estupor y muerte por paro cardiorrespiratorio.
Encuentran la forma en que el consumo de alcohol puede causar cáncer
Una mirada a los cambios mentales
Aunque la gente toma licor como un componente dentro de
sus relaciones interpersonales y sociales, lo cierto es que en la medida en que su concentración en
la sangre va aumentando, los efectos sobre el estado mental dejan de ser los
deseados hasta llegar a estados realmente peligrosos.
El psiquiatra Rodrigo Córdoba los describe de la
siguiente forma: en
pequeñas cantidades hay una leve alegría, que poco a poco da paso a un menor
juicio y a una menor concentración; cuando el consumo es moderado, las
emociones se tornan inestables y hay confusión
En caso de continuar tomando, la alegría se torna en tristeza, hay
sentimiento de rabia e incoherencia
Cuando
la ingesta es abundante, la conciencia se limita, puede haber pérdida de esta y en
casos extremos se llega al coma
Con ingestas mayores hay descontrol y en casos
exagerados, apatía e incontinencia de esfínteres, hasta convertir a la persona
en un ausente.
En
el caso del vino que acompaña las dietas mediterráneas, el cardiólogo
Gabriel Robledo manifiesta que hay que sopesar los efectos negativos del
alcohol con beneficios demostrados de los fenoles en su capacidad antioxidante y benéfica para
algunas funciones
“Creo que este equilibrio debe ser estudiado de manera
más profunda porque una
cosa es el licor convencional y otra, como en el caso de los vinos,
aquel que se acompaña de sustancias amigables
Sin embargo, no estoy invitando la gente a tomar, solo
que hay que investigar más a fondo”.
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