Resiliencia y resistencia son dos
palabras que se parecen pero son totalmente diferentes y conviene que
profundices sobre esto.
Resiliencia es la capacidad de soportar
y superar los golpes de la adversidad, es una valiosa actitud que se aprende desde niño.
Resistencia es oponerse al mal o pelear
con él, lo cual te desgasta y es dañino, porque así le das más fuerza a lo
contrario.
Por eso
se dice esta verdad: “lo que se resiste, persiste”. Hacer resistencia es crecer
los males con los que batallas.
Por el
contrario la resiliencia te saca paso a paso del pantano porque es la suma de
fe, coraje, paciencia y tesón.
Con
resiliencia aceptas un mal, pero no te resignas y das lo mejor de ti hasta
apaciguar la fuerza de lo que ves como malo.
Un niño protegido y mimado no
desarrolla resiliencia y, al crecer, cualquier mal lo hunde y lo puede llevar
al licor, la droga, el suicidio, o lo depresión.
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