Es
la medida de “inteligencia” clave para encontrar trabajo en el futuro
Durante
años se pensó que la prueba del coeficiente intelectual, que mide memoria,
pensamiento analítico y capacidad matemática, era una de las mejores formas de
predecir nuestras perspectivas de trabajo futuras. Ahora se habla que el
coeficiente de adaptabilidad es la clave para ser exitoso en el trabajo. ¿Qué
es?
Antes, si querías evaluar qué tanto alguien podría ascender en la escala
profesional, podrías haber considerado pedirle que hiciera una prueba de
coeficiente intelectual.
Durante años se pensó que la prueba del coeficiente
intelectual (IQ, por sus siglas en inglés), que mide la memoria, el pensamiento analítico y la capacidad
matemática, era una de las mejores formas de predecir nuestras perspectivas de
trabajo futuras.
Más recientemente, se ha prestado mayor atención a la inteligencia emocional
(EQ, por sus siglas en inglés), caracterizada como un conjunto de habilidades interpersonales, de
autorregulación y comunicación. La EQ ahora es generalmente vista como
un kit de herramientas que juega un papel importante en ayudarnos a tener éxito
en múltiples aspectos de la vida.
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médicos del país?
Tanto
el IQ como la EQ se consideran importantes para nuestro éxito profesional.
Pero hoy en día, a medida que la tecnología redefine cómo trabajamos, las habilidades que necesitamos
para prosperar en el mercado laboral también están evolucionando.
Por
ello, hay que agregar el coeficiente de adaptabilidad -o AQ- un conjunto
subjetivo de cualidades definidas libremente como la capacidad de cambiar y
florecer en un entorno de cambio rápido y frecuente.
"El IQ es lo mínimo que necesitas para conseguir
trabajo, pero el AQ es qué
tanto éxito tendrás con el tiempo", explica Natalie Fratto,
vicepresidenta de Goldman Sachs en Nueva York, que se interesó en el AQ cuando
estaba invirtiendo en start-ups tecnológicas. Posteriormente presentó una
charla TED muy popular sobre el tema.
Fratto dice que el AQ no es solo la capacidad de absorber nueva
información, sino la capacidad de resolver lo que es relevante, desaprender el conocimiento
obsoleto, superar los desafíos y hacer un esfuerzo consciente para cambiar.
El coeficiente de adaptabilidad también implica flexibilidad, curiosidad, coraje,
resistencia y habilidades para resolver problemas.
A medida que la sociedad cambia, ¿podría el AQ ser más crucial para el éxito
profesional que el IQ? Si es así, ¿hay alguna manera de perfeccionar tu
AQ para preparar tu carrera para el futuro?
Adapartarse
o volverse obsoleto
Amy Edmondson, profesora de liderazgo y gestión en la
Harvard Business School, dice lo que hace el AQ más valioso que el IQ es la velocidad
vertiginosa del cambio en el lugar de trabajo.
La
tecnología ha cambiado enormemente cómo se realizan muchos trabajos, y esta
alteración continuará: en los próximos tres años, 120 millones de
personas en las 12 economías más grandes del mundo podrán necesitar nuevas
habilidades debido a la automatización, según un estudio de IBM de 2019.
Los
puestos que implican detectar patrones en los datos -abogados que revisan
documentos legales o médicos que hacen un diagnóstico del paciente, por
ejemplo- son fáciles de automatizar, dice Dave Coplin, director
ejecutivo de The Envisioners, una consultora de tecnología con sede en Reino
Unido.
Esto se debe a que un algoritmo puede realizar estas
tareas más rápido y con mayor precisión que un humano, explica.
Para
evitar la obsolescencia, los trabajadores que realizan estos trabajos necesitan
desarrollar nuevas habilidades como la creatividad para resolver nuevos
problemas, empatía para comunicarse mejor y responsabilidad, usando la
intuición humana para complementar el conocimiento de las máquinas.
"Si un algoritmo puede hacer el 30% de las tareas
que solía hacer, ¿qué puedo hacer con esa capacidad libre? Los exitosos son aquellos que
eligen hacer cosas que los algoritmos no pueden hacer".
Edmondson dice que cada profesión requerirá adaptabilidad y flexibilidad,
desde la banca hasta las artes.
Pongamos que eres un contador. Tu coeficiente intelectual
te ayudará a pasar los exámenes para calificar, luego tu EQ te ayudará a
conectarte con el entrevistador, conseguir un trabajo y desarrollar relaciones
con clientes y colegas. Después, cuando los sistemas cambien o los aspectos del
trabajo se automaticen, necesitarás tu AQ para acomodar esta innovación y adaptarte a nuevas formas de
desempeñar tu labor.
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novedosa propuesta de Unesco.
Los
tres coeficientes son complementarios, ya que todos te ayudan a resolver
problemas y, por lo tanto, a adaptarte, explica Edmondson. Un candidato
ideal posee los tres, pero no todos los tienen.
"Hay
genios rígidos", dice. Con un buen IQ, pero nada de AQ te costará
adoptar nuevas formas de trabajar usando tus habilidades existentes, y un bajo AQ hace que sea más
difícil adquirir otras nuevas".
El
AQ se busca cada vez más a nivel de contratación. Según el estudio de
IBM, 5.670 ejecutivos calificaron globalmente las habilidades conductuales como
las más críticas para la fuerza laboral actual, y la principal de ellas fue la "disposición a ser
flexible, ágil y adaptable al cambio".
Will Gosling, de la consultora británica Deloitte, dice
que no existe un método definitivo, como puede ser la prueba de coeficiente
intelectual, para medir la adaptabilidad, pero las empresas han despertado y están cambiando sus
procesos de reclutamiento para ayudar a identificar a las personas que pueden
tener un alto AQ.
Deloitte ha comenzado a utilizar simulaciones inmersivas
online en las que se evalúa a los candidatos sobre qué tan bien se adaptan a los posibles desafíos
laborales -una de ellas implica elegir cómo animarían a sus reacios
colegas a unirse al equipo de triatlón de la empresa-.
La consultora también busca contratar personas que hayan
demostrado que pueden desempeñarse en diferentes funciones, industrias o
geografías. "Esto
demuestra que son ágiles y aprenden rápido", explica Gosling.
Fratto, de Goldman Sachs, por su parte, sugiere tres
formas en las que el AQ podría manifestarse en potenciales candidatos: si
pueden imaginar posibles versiones del futuro preguntando "¿y si…?", si pueden desaprender
información para desafiar las presunciones y si disfrutan explorando o buscan
nuevas experiencias.
La
experta dice que esta no es una receta definitiva para el AQ, pero los
reclutadores deben plantear este tipo de preguntas para descubrir señales del
coeficiente en los candidatos. De hecho, se las hace a los fundadores de
start-ups que buscan su inversión.
Lo
bueno del AQ es que, aunque no puede medirse, los expertos dicen que puedes
trabajar para desarrollarlo.
Penny Locaso, fundadora de la compañía educativa
BKindred, dice que algunas personas tienen personalidades más curiosas o
valientes, lo que puede explicar por qué son naturalmente mejores para
adaptarse que otras.
"Sin
embargo, si uno no continúa navegando por el borde de su incomodidad, la
adaptabilidad con la que nace podría disminuir con el tiempo".
Sugiere
tres formas para aumentar la adaptabilidad: primero, limitar las distracciones
y aprender a concentrarse para que se pueda determinar qué adaptaciones hacer.
Segundo,
hacer preguntas incómodas, como pedir un aumento de sueldo, para desarrollar el
coraje y normalizar el miedo.
En
tercer lugar, tener curiosidad por las cosas que te fascinan a través de
conversaciones más que buscando la respuesta en Google, algo "que hace que
nuestros cerebros sean perezosos" y disminuye nuestra capacidad para
resolver desafíos difíciles.
Otto Scharmer, profesor titular de la MIT Sloan School of
Management, quien ha escrito libros sobre el aprendizaje del futuro emergente,
sugiere otros métodos. En una charla TED, recomienda estar abierto a nuevas
posibilidades, tratar de ver una situación a través de los ojos de otra persona
y reducir el ego para sentirse cómodo con lo desconocido.
Una cosa que sí sabemos es que los lugares de trabajo del
futuro funcionarán de manera diferente. Puede que no todos estemos cómodos con
el ritmo del cambio, pero podemos prepararnos.
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