Mientras
un poeta ve el cielo en el agua que refleja un árbol, un pesimista ve los peces
en los árboles. Proverbio chino.
Todo
depende de la percepción, del amor o el desamor que albergas en tu alma.
Si amas y te amas encuentras belleza en el
desierto mientras otros solo ven arena y sequedad.
Si
vives con Dios sonríes postrado en una cama como lo hacen tantos enfermos
contentos con su suerte.
No es extraño que Francisco de Asís le cantara
a Dios doblegado por las dolencias y la ceguera.
Y lo mismo hizo San Pedro Claver paralizado el
final de su vida y maltratado por su enfermero.
Cuando
el corazón está lleno de amor todo se transforma, el dolor se atenúa y la cruz
se aligera.
El
amor y la fe son los lentes que permiten al optimista apreciar el lado amable
de la existencia.
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