La linda oración de la serenidad es el
inicio de una plegaria del teólogo, filósofo y escritor estadounidense Reinhold
Niebuhr. Dice así:
Señor, concédeme serenidad para aceptar
lo que no puedo cambiar, fortaleza para cambiar lo que puedo cambiar y
sabiduría para entender la diferencia.
El
texto completo continúa así: Viviendo día a día; disfrutando de cada momento;
sobrellevando las privaciones como un camino hacia la paz.
Aceptando este mundo tal cual es y no
como yo creo que debería ser, tal y como hizo Jesús en la tierra.
Confiando
en que obraré siempre el bien y entregándome a tu voluntad,
podré
ser razonablemente feliz en esta vida y alcanzar la felicidad suprema a tu lado
en la próxima. Amén.
La palabra clave es la aceptación que
evita el sufrimiento, o sea, deja de pelear con la realidad porque vives
atormentado y sufres.
Cuando
aceptas algo sin resignarte, haces lo que puedes para mejorar, pero no te
desgastas haciendo resistencia y quejándote.
Piensa, pues: ¿Me acepto como soy?
¿Acepto a los demás? ¿Acepto el mundo tal como marcha? Examínate y cambia.
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