La
Salud es uno de los bienes más preciados que tenemos, si no el que más. Gracias
a los avances en la medicina disponemos
de medicamentos y técnicas de diagnóstico y cirugía más eficaces que han permitido
mejorar nuestra calidad de vida haciéndola incluso más larga.
Sin
embargo, existen innumerables formas de cuidar nuestra salud de un modo natural
y ecológico como ya lo hacían nuestros antepasados huyendo de posibles efectos
secundarios. La Homeopatía,
las Flores de Bach, la Aromaterapia o la Acupuntura son algunas de las terapias
naturales más populares.
Para controlar la glucosa: junto con el
tratamiento farmacológico, el melón amargo, la bardana y la canela de china
ayudan a mejorar el funcionamiento de la insulina en la diabetes tipo 2 y a
reducir los daños asociados a la diabetes tipo 1 en ojos y corazón, por
ejemplo.
Para la afonía o disfonía: lo mejor es hacer
gárgaras con agua salada, agua mezclada con zumo de limón y miel o con infusión
de hierbas como el erísimo o la agrimonia.
Para las alergias: algunas plantas en
infusiones como la capsaicina, la ortiga, el regaliz o el quercitin ayudan a
combatir los efectos de éstas gracias a sus propiedades antihistamínicas y
antiinflamatorias.
Para la infección de orina: la homeopatía puede
ser un gran aliado gracias al efecto que produce el cantharis, la dulcamara, el
mercurius corrosivus o la pulsatilla en el organismo.
Para la vista cansada: lo mejor es el
jaborandi cuando la fatiga aparece ante el más mínimo esfuerzo o la ruta
graveolens en caso de que la vista cansada vaya acompañada de dolor de cabeza y
sensación de tensión ocular.
Para mejorar la circulación: algunas plantas
medicinales tomadas en forma de infusión como el naranjo amargo, el hamamelis,
el rusco, la vid roja, el castaño de indias, el grosellero negro o el ginkgo
ayudan a mejorar el funcionamiento del sistema circulatorio.
Para el síndrome premenstrual: son muchas las Flores
de Bach que pueden ayudar a las mujeres en esos días del mes, por ejemplo, la
avena silvestre, el olivo, la mostaza, la agrimonia, el muérdago, el alerce o
el castaño blanco.
Para el insominio: la esencia de lavanda
ayuda a reducirlo y a descansar mejor por la noche.
Para el dolor de garganta: las infusiones de
malvavisco, malva o agrimonia ayudan a reducir las molestias, las irritaciones
y los dolores.
Para la fibromialgia: para luchar contra sus
síntomas lo más aconsejable es recurrir al castaño dulce, al gentian, al natrum
muriaticum, a la árnica 30 H, a la bryonia 30 CH y al olmo.
Para la piel irritada: el ácido
gammalinoleico, el espino amarillo, los probióticos, la dulcamara o la
caléndula son los grandes aliados en el cuidado de la piel. También lo son el
antimonium crudum 6CH, la calcarea carbonica 9CH y el psorinum 30CH.
Para la conjuntivitis: para solucionar este
trastorno ocular está especialmente recomendado el argentum nitricum 7CH, la
euphrasia officinalis 7CH, el mercurius solubilis 9CH o la pulsatilla 7CH.
Para la sequedad ocular: para ojos irritados y
resecos lo mejor es la alumina, en cambio para pieles y mucosas secas lo mejor
es el arsenicum album.
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