La esperanza siempre es alegre y la
alegría siempre es esperanzada.
Ambas virtudes son unidas, como agua y arena en el mar del amor.
Cuando tu esperanza está viva el alma
se ilumina, el gozo
te recrea y ves un constante arco iris.
Acaso
estás asediado por los problemas, pero la esperanza te mantiene a flote y te impulsa a soñar.
Por eso
Nelson Mandela dijo: "La
Fe, la esperanza y el buen humor fueron mis mejores amigos en 27 años de
cárcel".
¿Cómo ser alegre cuando hay sombras de
dolor? No es fácil
y, sin embargo, muchos lo logran.
Viven
con Dios, cuidan su alma, oran, meditan, sirven, valoran lo positivo y buscan razones para vivir.
Ven los
golpes como enseñanzas, le dicen adiós a las culpas y el odio y mejoran su autoestima.
Y
también tú puedes hacer lo
mismo si eliges amarte y amar porque el amor es la mejor medicina.
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