En el Budismo, el perdón se concibe como una práctica para prevenir
pensamientos dañinos que puedan alterar nuestro bienestar mental.
El
budismo reconoce que los sentimientos de odio y rencor dejan un efecto duradero
en nuestra karma. De hecho, el budismo promueve el cultivo de
pensamientos que dejen una sensación sana-
"En la contemplación de la ley kármica somos conscientes de que no hay
razón para buscar venganza pero practicando el metta y el perdón, puesto que el agresor es, realmente, el más
desafortunado de todos".
Cuando surge el resentimiento, la visión budista tiene un
proceder tranquilo hacia
su dispensación buscando la causa desde su raíz, este se centra en la liberación del sufrimiento y
el engaño, por medio de la meditación recibiendo con ella entendimiento
de su naturaleza. El Budismo cuestiona la realidad de las pasiones que hacen
posible el perdón y los objetos de esas pasiones. "si no perdonamos, continuamos creando una identidad
alrededor de nuestro dolor, y esta es la que renace continuamente, esta es la
que sufre."
El Budismo pone demasiado énfasis en los conceptos de Mettā
(tierna amabilidad), karuna (compasión), mudita (gozo compasivo), y upekkhā
(ecuanimidad), como medios
para evitar el resentimiento en primer lugar. Esas reflexiones son
usadas para el contexto del sufrimiento en el mundo, tanto el nuestro como los
demás.
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