Si queremos ayudar a construir un País mas amable y
una sociedad mas justa, debemos comenzar por ser responsables en la educación,
orientación y formación de nuestros hijos.
Los hombres de bien, nacen en cualquier barrio y en cualquier casa donde hayan padres “presentes”, que mediante el buen ejemplo, la ayuda oportuna, la grata compañía, el apoyo incondicional, permitan forjar un futuro en un País donde la gran esperanza esta en las nuevas generaciones.
A los hijos hay que enseñarles a tener temple, conciencia, responsabilidad, sentido de la justicia y del honor. Que sean virtuosos, sin que sean débiles. Que sean honestos, sin que sientan vergüenza por ello, que sean buenos, limpios de corazón y con las manos puras.
Hay que reprimirlos cuando sea necesario y seguir la lucha de educarlos con amor hasta que sean hombres de bien.
Hay que enseñarles lo que es correcto e incorrecto, lo justo y lo injusto, lo decente y lo indecente, el camino recto y el sendero torcido, a crearles una conciencia y fortaleza moral. Enseñarles las buenas costumbres, que son mejores que cualquier habilidad que se les enseñe.
Necesitamos hijos que por el cariño que les damos, se nos parezcan y quieran imitarnos.
Hay que educarlos para que tengan firmeza y paz interior, que los lleven a evitar la trampa y el engaño, a no dejarsen tentar por las drogas, el poder, la fama y el dinero fácil.
Necesitamos padres que hablen mucho con sus hijos y que compartan sus experiencias, que asuman su papel y que aprendan a escucharlos.
Padres que corrijan, enseñen y rectifiquen para que tengan una opción de vida distinta, donde la riqueza esta en el valor de los principios y en la estructura de una personalidad recta.
El pudor, la honradez, la virtud, la rectitud y la vida sana no se heredan, se enseñan.
Sea un verdadero hombre y asuma la responsabilidad de ser el guía de sus propios hijos.
¿Dejaría usted en manos de un celador o una empleada, un puñado de diamantes en bruto?.... Bueno, sus hijos valen mucho mas que eso, como para que terminen siendo educados por personas que pueden haber recibido muy poca formación.
¿Permitiría que una persona indecente venga a enseñar vicios a sus hijos?... Bueno, la TV tiene programas que no tienen porque ser vistos por personas menores de edad.
Nos concentramos en el trabajo para poder llevarles educación, darles un techo y comida a nuestros hijos. ¿Pero nos preocupamos por saber como están, como se sienten, con que personas se relacionan y que cosas les produce incertidumbre o angustia?
Si señor, su trabajo es muy importante para nuestra Empresa, pero usted producirá más, atenderá mejor nuestros clientes y se sentirá mejor, si ve que su familia y sus hijos van por el camino del bien.
Siembre ahora en sus hijos la semilla del bien y con absoluta seguridad cosechará mañana los mejores frutos de su vida y saldremos ganando todos los que habitamos este hermoso País.
Los hombres de bien, nacen en cualquier barrio y en cualquier casa donde hayan padres “presentes”, que mediante el buen ejemplo, la ayuda oportuna, la grata compañía, el apoyo incondicional, permitan forjar un futuro en un País donde la gran esperanza esta en las nuevas generaciones.
A los hijos hay que enseñarles a tener temple, conciencia, responsabilidad, sentido de la justicia y del honor. Que sean virtuosos, sin que sean débiles. Que sean honestos, sin que sientan vergüenza por ello, que sean buenos, limpios de corazón y con las manos puras.
Hay que reprimirlos cuando sea necesario y seguir la lucha de educarlos con amor hasta que sean hombres de bien.
Hay que enseñarles lo que es correcto e incorrecto, lo justo y lo injusto, lo decente y lo indecente, el camino recto y el sendero torcido, a crearles una conciencia y fortaleza moral. Enseñarles las buenas costumbres, que son mejores que cualquier habilidad que se les enseñe.
Necesitamos hijos que por el cariño que les damos, se nos parezcan y quieran imitarnos.
Hay que educarlos para que tengan firmeza y paz interior, que los lleven a evitar la trampa y el engaño, a no dejarsen tentar por las drogas, el poder, la fama y el dinero fácil.
Necesitamos padres que hablen mucho con sus hijos y que compartan sus experiencias, que asuman su papel y que aprendan a escucharlos.
Padres que corrijan, enseñen y rectifiquen para que tengan una opción de vida distinta, donde la riqueza esta en el valor de los principios y en la estructura de una personalidad recta.
El pudor, la honradez, la virtud, la rectitud y la vida sana no se heredan, se enseñan.
Sea un verdadero hombre y asuma la responsabilidad de ser el guía de sus propios hijos.
¿Dejaría usted en manos de un celador o una empleada, un puñado de diamantes en bruto?.... Bueno, sus hijos valen mucho mas que eso, como para que terminen siendo educados por personas que pueden haber recibido muy poca formación.
¿Permitiría que una persona indecente venga a enseñar vicios a sus hijos?... Bueno, la TV tiene programas que no tienen porque ser vistos por personas menores de edad.
Nos concentramos en el trabajo para poder llevarles educación, darles un techo y comida a nuestros hijos. ¿Pero nos preocupamos por saber como están, como se sienten, con que personas se relacionan y que cosas les produce incertidumbre o angustia?
Si señor, su trabajo es muy importante para nuestra Empresa, pero usted producirá más, atenderá mejor nuestros clientes y se sentirá mejor, si ve que su familia y sus hijos van por el camino del bien.
Siembre ahora en sus hijos la semilla del bien y con absoluta seguridad cosechará mañana los mejores frutos de su vida y saldremos ganando todos los que habitamos este hermoso País.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios