Tus creencias dirigen tu vida. Si quieres tener la
posibilidad de cambiar el rumbo de tu vida debes cambiar aquellas creencias que
te impiden obtener lo que quieres. Tú mismo te impones trabas.
Para realizar algo tienes que tener la capacidad para hacerlo. Dicha capacidad te la darán el estudio y el entrenamiento. En otras palabras eres el capitán de tu propio destino.
Esto se consigue estudiando, realizando prácticas,
entrenando, adquiriendo mayor experiencia. Va ocupando posiciones más importantes en la medida que su
entrenamiento avanza. Pero tiene que haber una creencia previa en la
posibilidad de hacer algo, para que ese algo pueda ser hecho. Esa creencia es la que te lleva
a la acción.
Aunque tengas
todas las condiciones para ser capitán, si no crees que puedas serlo estás
incapacitado para siquiera comenzar el camino para llegar a esa meta. Cuando
más estudias, más sabes. Cuanto más te entrenas, más diestro eres. La acción
produce resultados.
Los resultados influyen en las creencias.
Este es el
círculo de influencias que puede operar tanto a favor como en contra tuya. El
éxito engendra el éxito.
Por lo tanto: analiza tus creencias, decide cuáles
te convienen y cuáles no, y decide cuáles cambiar y cómo.
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