Un doctor en Nueva York asegura
que se puede revivir a la gente varias horas después de que aparentemente han
muerto. ¿Ha dejado la muerte de ser lo que era?
Carol Brothers no se acuerda del momento exacto en que
murió.
"Sé
que debió haber sido un viernes alrededor del mediodía, porque acabábamos de
llegar de hacer compras", dice esta mujer de 63 años. "No recuerdo
haber salido del carro".
Su esposo, David, sí tiene un recuerdo mucho más claro de
ese día, hace tres meses. Abrió la puerta de su casa, en Wiltshire, Reino
Unido, y encontró a Carol tirada en el suelo, intentando respirar mientras que el color de su cara que
se desvanecía rápidamente.
Carol acababa de sufrir un ataque cardiaco. Su corazón
había parado de latir. Por suerte, un vecino sabía las técnicas básicas de la
reanimación cardiopulmonar y rápidamente empezó a presionar su pecho.
Los paramédicos tomaron luego su
lugar y entre 30 y 45 minutos después de su colapso -nadie sabe la hora exacta-
su corazón empezó a latir de nuevo.
"Si bien 45 minutos es
absolutamente impresionante y muchas personas la habrían dado por muerta, ahora
sabemos que existen personas que han vuelto a la vida tres, cuatro, cinco horas
después de que murieron y pudieron llevar una buena calidad de vida".
La mayoría de personas consideran que el ataque cardiaco
es un sinónimo de muerte. Pero no es necesariamente el último umbral.
Durante mucho tiempo, los doctores creían que si cesaban
los latidos durante más de unos 20 minutos, el cerebro usualmente sufría daños
irreparables. Pero esto puede evitarse con una reanimación cardiopulmonar (RCP)
y un cuidado posterior adecuados.
El
médico agrega que es vital que las compresiones en el pecho ocurran con la
velocidad y fuerza correctas y que los pacientes no reciban ventilación
excesiva.
La profesión también cuenta ahora con nuevos métodos para
tratar a los pacientes después de que sus corazones han comenzado a latir de
nuevo.
Tal como se explica en EL libro “El Efecto Lázaro”,
después de que el cerebro deja de recibir una cantidad regular de oxígeno a
través de la circulación sanguínea, no perece instantáneamente si no que entra
en una especie de hibernación, para eludir su propio proceso de descomposición.
El proceso para "despertar" este cerebro
hibernado es quizás el momento más arriesgado de todos, pues el oxígeno puede
ser potencialmente tóxico en esta fase.
El efecto es como el de un tsunami que sigue a un
terremoto, y la mejor estrategia es bajar la temperatura de los pacientes de 37º
a 32º.
"La razón por la que funciona tan bien esta terapia
de enfriamiento es que ralentiza la descomposición de las células del
cerebro".
Fue
en este momento en el que Carol Brothers tuvo suerte, por segunda vez ese día
en el que murió.
Luego de que su corazón empezó a latir de nuevo, la
montaron en un helicóptero donde un doctor la enfrió utilizando la comida congelada que ella acababa de
comprar en el supermercado.
Y finalmente, fue puesta en manos del doctor...
Los familiares pensaron que habían perdido a Carol en dos
ocasiones.
En este punto, Carol estaba en coma. Durante los
siguientes días, la prognosis no era alentadora: además de ataques, las
electroencefalografías indicaban
que podría tener muerte cerebral. Parecía que había sobrevivido al
terremoto pero no al tsunami.
En el lunes que siguió al colapso de Carol, Nolan le
sugirió a David y a su hija Maxine que lo mejor sería dejar morir a Carol.
Ellos estuvieron de acuerdo.
Pero
cuando Maxine visitó el hospital tres días después, encontró a su madre
despierta y mirando a su alrededor.
"Me dijo tres pequeñas palabras", dice Maxine.
"Dijo: 'Vuelvo a casa'. Fue un suspiro tenue".
Las terapias de enfriamiento
están cambiando todo. Mientras los ataques de Carol y la poca
actividad cerebral pueden haber sido vistos como claras señales negativas, esos
síntomas pueden ser compatibles con una buena recuperación.
"Hay más incertidumbre de
lo que creíamos". Los grupos de investigación alrededor del
mundo estaban urgentemente buscando casos como los de Carol para conseguir
nuevas directrices.
La fina línea entre la vida y la
muerte está generando preguntas médicas y metafísicas.
Las directrices que actualmente están en circulación no
se ponen en práctica de manera rutinaria en los hospitales.
"Carol tuvo mucha suerte de terminar en un hospital
con semejante experto", dice. "En Estados Unidos y en Reino Unido no
hay regulación sobre la calidad del cuidado que debería recibir alguien como
Carol".
regresó
de entre los muertos. Los hospitales no declaran la muerte, explica, hasta que
descartan todos los procesos que pueden revertirse.
Sin embargo, debemos actualizar
nuestro concepto sobre la muerte.
"Acostumbrábamos a pensar que la muerte era como un
evento repentino. Se detiene el flujo del oxígeno hacia el cerebro tras unos
minutos y eso es todo. Pero realmente sabemos que el proceso de muerte a nivel
celular toma un periodo de tiempo".
La línea cada vez más tenue
entre la vida y la muerte está generando preguntas tanto metafísicas como
médicas.
"Las personas de todo el mundo describen, en
esencia, la misma experiencia universal, pero la interpretación de lo que ven
depende de su propio sistema de creencias".
En el caso de Carol Brothers, ella no se acuerda si se
topó con Dios o con el diablo.
"Ninguno de los dos me quería", dice.
"Lanzaron una moneda y cayó en el borde".
NOTA:
NADIE SE MUERE LA VISPERA
TODO A SU DEBIDO TIEMPO
LOS MILAGROS SI EXISTEN
DEJAD A DIOS LAS COSAS DE DIOS
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