Para ello, solo hace falta seguir unas pequeñas pautas y
la determinación para apostar por unas navidades diferentes.
1.
Hacer deporte cada día. Según un estudio realizado por investigadores de
la Universidad de Bath en Reino unido, una rutina diaria de ejercicio, aunque
dure poco, ayuda a reducir los efectos negativos de una alimentación
desproporcionada. Por un lado, evita el excesivo aumento de peso en un lapso de
tiempo muy reducido, y por otro, atenúa la sensación de culpabilidad que se
genera cuando se cometen excesos con la comida y no se hace nada para
contrarrestar esa opulencia en el consumo de alimentos.
2.
No comer entre horas. Resulta imprescindible saber decir que no a
ciertos caprichos en estas fechas, poniéndole más determinación que de
costumbre, ya que, la ingesta en las principales comidas será mayor que la que
se realiza habitualmente. Se pueden comer refrigerios de frutas o semillas,
pero mejor guardar fuerzas.
3.
No acudir con el estómago vacío a las grandes comilonas. La sensación de
hambre, en combinación con la gula que genera ver tantos alimentos apetitosos
juntos en un mismo espacio, fomenta que haya una ingesta de alimentos mayor de
la que verdaderamente se necesita.
4.
Ser selectivo. En el momento de enfrentarse al banquete, hay que optar
por determinados platos y abstenerse de otros. Lo importante es compensar, pero
sin renunciar a comer aquello que más nos gusta. Lo recomendable es centrarse
en ese plato por el que uno se siente tentado o por el que tiene predilección y
tomar menos del resto.
5.
Ser cuidadoso con entrandas y postres. Estos son, generalmente, los
alimentos que más calorías contienen, y los más engañosos: siempre hay más de
uno y no sacian (generalmente se presentan en porciones pequeñas), por lo que
incitan a comer más y probarlos todos.
6.
Decantarse por alimentos sanos. Todos los platos van a ser copiosos y
llenos de calorías, pero es mejor decantarse por aquellos alimentos que
contengan menos carbohidratos, como pescados y pollo o pavo mariscos, verduras
y ensaladas, a cambio de carnes rojas.
7.
Reducir las porciones. Conscientes de que, en determinado momento será
imposible abstenerse, lo más recomendable es servirse un poco de todo (un poco
menos de los que tienen muchas calorías), pero en porciones mínimas.
8.
Evitar las salsas. En la medida en que se pueda, hay que prescindir de
ellas pues contienen muchas calorías innecesarias.
9.
Beber agua. En estas fechas, la ingesta de alcohol y refrescos se
incrementa y estos son una gran fuente de calorías. Consumir agua durante todo
el día ayuda a mantener la sensación de saciedad y disminuir el consumo
excesivo de alimentos, por un lado, y el de bebidas alcohólicas y azucaradas,
por otro.
10.
Comer despacio. Masticar e ingerir lentamente los alimentos aporta una
mayor sensación de saciedad, lo que beneficia que el consumo de estos sea
menor.
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