Las
experiencias positivas crean un impulso positivo. Y un impulso positivo trae
aún más experiencias positivas.
Regálate
vivir una experiencia positiva, amorosa, única y significativa. Los
beneficios de vivir esa experiencia continuarán mucho tiempo después de que esa
experiencia haya terminado.
Se
bueno contigo mismo, esto será muy importante para tu vida. Disfruta verdaderamente del
mundo que te rodea y verás oportunidades que antes eran invisibles para tí.
La alegría siempre es posible. Deja que fluya un poco de
alegría hacia los demás.
Ser
bueno consigo mismo no es ser egoísta. Entre mayores satisfacciones logres en
tu vida, más será lo que tengas para dar a los demás.
Diviértete
y disfruta lo que tienes, tus dones, tus
capacidades y el momento que vives.
La
gran abundancia de vida será tuya cuando
realmente puedas sentir que Dios está allí.
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