Cada día serena el alma,
aléjate del bullicio y aprende a sentir a Dios en lo íntimo de tu ser.
Tomar conciencia de la constante presencia de Dios te llena de luz y te
evita tensiones y conflictos estériles.
Él siempre está contigo y
lo vives cuando te calmas, caminas en el amor y vas a la esencia de la vida.
Descansa en Dios tus afanes, cuenta con su
sabiduría y no te enredes en lo superficial y lo efímero.
Todo es pasajero y lo único
que realmente cuenta es llenar de amor cada espacio y cada acción.
Escudriña tu consciencia y saca del interior todo lo que te hace daño,
en especial el odio y los apegos.
Invoca al Espíritu Santo y podrás descifrar
el Plan de vida que viniste a cumplir en la tierra.
Nada sucede al azar y todo
tiene un sentido, incluido lo que ves como “malo”: Llega para hacer aprendizajes de
amor.
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