La ansiedad no es creada por la situación que vives, o
por lo que deberías hacer para cambiarla. La ansiedad es el resultado de tu actitud y de tu
perspectiva sobre esa situación.
Para estar libre de la ansiedad, no necesariamente tienes
que cambiar la situación que vives. Lo mejor que puedes hacer es cambiar tu actitud, tu perspectiva y tus
expectativas.
De hecho, tu actitud en última instancia no depende de
las circunstancias. Tu
actitud es lo que tu eliges que sea.
Tu has aprendido a reaccionar ante ciertas cosas con
ansiedad. Tu puedes
enseñar tu cuerpo a responder con
confianza y tranquilidad. Esta respuesta es real, mucho más positiva,
saludable y enriquecedora.
Ten
en cuenta que eres tu quien elige estar molesto, frustrado, enojado, temeroso y
lleno de ansiedad. Ten en cuenta que siempre tienes otras opciones para
reaccionar de forma más positiva.
Ten
fe en Dios, encomiéndale a él tus problemas y se parte de la solución. Opta
por la paz, por los propósitos positivos, por la confianza y por respuestas
eficaces. Tu estado
interior es siempre tu elección, por tanto elige lo mejor para ti y para
quienes te rodean.
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