Cuando hallas el amor de tu vida, el
alma se regocija, tu corazón salta y todo se ilumina con un nuevo sentido.
El amor auténtico da brillo a nuestros
ojos, música a
nuestros labios, energía a nuestro ser y alas al espíritu.
Si
estás en el bosque con el
ser amado un poco distante, cuando el viento sopla siempre aparece entre
una hoja y otra.
El amor que se cuida sigue vivo en el
helado invierno y,
aunque las hojas caigan al suelo en otoño, él conserva sus raíces
El amor es mucho más que deseo o
emoción y nos
brinda paz, apoyo, salud, éxtasis y prosperidad.
Cuando por fin se encuentran dos almas,
sienten muy adentro que son el uno para el otro.
Si en verdad hay amor, se aceptan como
son, se comprenden
y surge entonces para
siempre una unión vehemente y pura.
Es
una unión que comienza en la tierra y perdura en el cielo, si los dos tienen a Dios presente en su existir.
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