Gamán
es una palabra japonesa del budismo zen que significa soportar con paciencia y
dignidad lo que parece insoportable.
Se
traduce generalmente como perseverancia, paciencia, tolerancia, o abnegación, y es aceptar con estoicismo.
Se
une a gambaru y shoganai para indicar que hay que perseverar con paciencia y aguantar serenos los reveses de la vida. Es tener paciencia, aguantar lo
indecible ante la adversidad, con dignidad y fortaleza, es capacidad de
superación.
Pero en Japón es siempre teniendo en cuenta al otro,
apoyarse sin ser una carga para el resto o incomodar.
Para
los japoneses el grupo cuenta mucho y es vital mantener la paz y la
armonía social o wa; se vive bien pensando en los demás.
Es una filosofía de vida que un niño aprende desde pequeño
y eso se palpa en tragedias.
Los
vimos aceptando con suma paciencia y dignidad la adversidad y confiando en sus fuerzas para volver a levantarse unidos.
La expresión shoganai es una forma de ver la vida que para nada
implica resignación. Decir shoganai no implica conformarse con lo que se tiene,
sino aceptarlo con calma
si no tiene remedio. Detrás de
esta expresión está el
pensamiento de que, en la vida, hay cosas que dependen de nosotros y otras que
no.
Lo
que depende de ti lo puedes solucionar, no es un problema,
ya que puedes influir con tus acciones.
Por
lo mismo, lo sabio es aceptarlo y dar lo mejor para mejorar, en lugar de
preocuparse o quejarse.
En cuanto a lo que no puedes controlar, que es
casi todo, lo sabio es
evitar una actitud negativa y asumirlo en paz y armonía.
Ante la adversidad y lo que no te gusta o lo ves como un problema, es
cuando un japonés repite “shoganai”.
Elige
centrarse en lo que sí tiene remedio y evita perder tiempo
y energía en lo que no puede cambiar. Así es feliz y evita sufrir.
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