El
Sharia es la senda del Islam. Es el cuerpo de Derecho islámico.
Constituye un código detallado de conducta, en el que se incluyen también las
normas relativas a
los modos del culto, los criterios de la moral y de la vida, las cosas
permitidas o prohibidas, las reglas separadoras entre el bien y el mal.
En los medios occidentales se la identifica como ley
musulmana o ley islámica. Sin embargo su identificación con la religión es
matizable: aunque está en el Islam, no es un dogma ni algo indiscutible (como pudiera serlo el texto del
Corán), sino objeto de interpretación.
Denota un modo de vida islámico que es más que un sistema de
justicia civil o criminal.
Como
una cuestión de conciencia personal y guía moral de conducta, la sharia está
adoptada por la mayoría de los creyentes y practicantes musulmanes, en
distintos grados.
El Sharia no sólo constituye un código religioso de
orientación vital, sino que codifica específicamente la conducta y rige todos
los aspectos de la vida.
Ha sido
formalmente instituida como ley por ciertos Estados, que se definen como Estado
islámico.
En esos
casos, los tribunales de justicia se instituyen como tribunal islámico, y velan
por su cumplimiento. Muchos países del mundo islámico, aunque no se
hayan definido de forma completa como Estado islámico, han adoptado
parcialmente en su legislación elementos de la sharia (en áreas como las
herencias y los testamentos, la regulación de las actividades bancarias y de
los contratos, etc.)
La palabra sharia significa literalmente "el camino al
manantial".
Dentro
de la sharia existe un tipo específico de ofensas conocidas como hadd.
Son crímenes castigados con penas severas, tales como la
lapidación, los azotes y aun la amputación de una mano. Sin embargo, no todas
estas penas se adoptan universalmente en los países islámicos.
Las
ofensas hadd implican penas específicas. Las transgresiones incluyen
relaciones sexuales fuera del matrimonio (adulterio), Relaciones sexuales con
personas del mismo género, acusaciones falsas, consumo de bebidas alcohólicas,
robo y asalto en rutas. Las
ofensas sexuales conllevan una pena de lapidación o azotes, mientras que el
robo está penado con la amputación de una mano.
LOS DEMÁS MERECEN RESPETO POR SUS CREENCIAS, SIEMPRE QUE NO HAGAN DAÑO A
NADIE.
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