Aprender a controlar nuestra
respiración y a relajar nuestros músculos es clave durante el confinamiento
Durante
estos días de confinamiento que vivimos, propiciado por la crisis del coronavirus, muchos se han
volcado en el cuidado del cuerpo. Por ello, se esfuerzan más que nunca
el mantener una
alimentación saludable y hacer ejercicio con regularidad, aunque no
puedan salir de casa.
Pero,
aunque son importantísimas este tipo de reservas, muchas veces nos olvidamos de otro factor esencial: el
cuidado de nuestra mente. Aunque para atender nuestra mente también debemos cuidar nuestra salud
física, con el establecimiento de unas rutinas, de una dieta saludable de mantener la comunicación con
familiares y amigos y evitar
el sedentarismo, también debemos, a veces, focalizar la atención en cómo nos sentimos y lo que
pensamos.
Durante la cuarentena es más que probable
que «nos sintamos desbordados en algún momento». Es
importante identificar los síntomas que pueden producirnos la ansiedad, tales
como «palpitaciones, sudoración, opresión en el pecho, falta de aire o
respiración rápida».
Para
poder evitar estos síntomas y ayudar a «calmar la mente», podemos introducir en nuestra rutina
ejercicios de respiración y relajación. Aun así, asegura que «no tenemos que esperar a sufrir
estos síntomas para practicar ejercicios». Lo ideal es introducir estos
ejercicios como parte de nuestras rutinas. Por ello, aunque no hay una hora
para realizarlos más recomendada que otra, sí es importante hacerlos siempre en
el mismo momento del día, para así facilitar convertirlo en hábito diario. «Hay expertos que recomiendan
hacerlos por las mañanas, ya que puedes estar más libre de las preocupaciones
que se van generando a lo largo del día, sin embargo, realizarlos antes de
dormir también pueden ayudar a mejorar la conciliación y la calidad del sueño».
Respiraciones controladas
En primer nos recomienda un ejercicio básico de respiración. Comenta que el control adecuado de esta es una estrategia «sencilla y eficaz» que nos ayuda no solo a regular «el aumento de la activación fisiológica que se produce a consecuencia de las situaciones de estrés», sino también promover una mayor oxigenación de la sangre, permitiendo que nuestro organismo funcione correctamente.
El objetivo de este ejercicio es
conseguir una respiración más profunda, para «intentar llevar el aire a la
parte inferior de los pulmones, para que el diafragma se contraiga, presione el abdomen y éste se
eleve».
¿Qué debemos hacer para empezar a
practicar este tipo de respiración?
1. La primera recomendación es realizar
este ejercicio tumbados.
Una vez nos familiaricemos con él podemos realizarlo de pie.
2. Debemos cerrar los ojos y colocar
una mano sobre nuestro abdomen, posicionando el dedo meñique justo encima del ombligo. De esta
manera podremos notar si nuestro abdomen se eleva con cada respiración.
3. Una vez colocados, debemos inspirar
por la nariz y contar hasta tres. Mientras inspiramos, nuestro vientre se debe llenar de aire.
Después, debemos espirar por la boca mientras, de nuevo, contamos hasta tres. Se debe hacer una pausa de un
segundo o dos entre ciclo y ciclo.
«Es importante
recordar que las
inspiraciones no deben ser demasiado profundas», dice la profesional.
Relajación muscular progresiva
El segundo ejercicio que propone la psicóloga consiste es tensar ciertas partes del cuerpo para después relajarlas. Con esto el objetivo es recorrer todo nuestro cuerpo, consiguiendo relajarlo al completo.
Para
comenzar, debemos hacer el recorrido pasando, uno por uno por todos los grupos
musculares. Así, podemos
empezar por los muslos, nalgas, gemelos y pies; después nos centramos en
tórax, estómago y región lumbar; tras ello debemos tensar y relajar manos,
antebrazos y bíceps; terminamos con cabeza, cara y cuello, y nos centramos en la frente,
nariz, ojos, mandíbula, labio y lengua.
Es importante evitar «tensar o mover
aquellos músculos sobre los que ya hemos trabajado». Una vez terminemos el ejercicio
complejo, podemos quedarnos inmóviles un par de minutos disfrutando del estado
de relajación completa.
¿Qué actividades debemos evitar?
Estas son las actividades que hacen que aumente nuestro nivel de ansiedad durante el confinamiento y debemos evitar en medida de lo posible:
- No debemos consultar de forma
excesiva información relacionada con la pandemia. «Es importante mantenerse informado, pero una
exposición excesiva puede generar angustia y malestar», dice.
- También debemos evitar el consumo de
tabaco, alcohol o de otras drogas. «Puede parecer que ayudan en un momento dado a desconectar de
algunas emociones como el miedo o la tristeza, pero acaban empeorando el estado
de ánimo y pueden llegar a generar problemas de abuso o adicción».
- Aunque sea complicado, es importante
reducir al mínimo el sedentarismo, ya que tiene también consecuencias emocionales, además de otras
afecciones en la salud física. «Está relacionado con el estrés y la apatía. Es
importante realizar alguna actividad física o estiramientos, adaptados a cada
edad y situación personal, y que evitemos pasar mucho tiempo en la misma
postura», comenta.
Otras opciones son: el yoga, la
meditación, los estiramientos o el pilates pueden ser la fórmula perfecta para
combinar ambos conceptos: deporte y bienestar. Acostumbrarnos a realizar alguno de estos
ejercicios «nos mejorará
el humor y nos permitirá, por un rato, estar concentrados solo en nuestro
bienestar y en disfrutar ese momento personal que nos estamos
dedicando».
En primer nos recomienda un ejercicio básico de respiración. Comenta que el control adecuado de esta es una estrategia «sencilla y eficaz» que nos ayuda no solo a regular «el aumento de la activación fisiológica que se produce a consecuencia de las situaciones de estrés», sino también promover una mayor oxigenación de la sangre, permitiendo que nuestro organismo funcione correctamente.
El segundo ejercicio que propone la psicóloga consiste es tensar ciertas partes del cuerpo para después relajarlas. Con esto el objetivo es recorrer todo nuestro cuerpo, consiguiendo relajarlo al completo.
Estas son las actividades que hacen que aumente nuestro nivel de ansiedad durante el confinamiento y debemos evitar en medida de lo posible:
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