LA ELEGANCIA ESTÁ EN NUESTRA FORMA DE SER, NO DE VESTIR

Muchas veces creemos que parte de las virtudes que debe poseer una persona para ser excelente, es la elegancia. Pero no siempre logramos relacionar el concepto con lo que realmente aplicamos en la vida real.

De las cosas que menor valor tienen en la vida, se encuentran las materiales. Por ello, que una persona sea elegante, no significa que tenga un millón de dólares en pura ropa, tacones y accesorios, sino que su personalidad y forma de ser, valga mucho más que un simple millón de dolores.

Elegancia

Cuando hablamos de elegancia, hablamos de algo que está lleno de una belleza deslumbrante, pero que a su vez, es tan sencillo y noble, que sorprende. Lo común es relacionar este concepto con prendas de oro, prendas de marca que cuestan un montón de dinero, cuando no solo tiene que ver con esto.

Una persona elegante es una persona llena de gracia, una persona hermosa por su mismísima esencia, y tan sencilla como solo ella puede ser, eso, sin quitar el hecho de que esa sencillez, jamás quitará la cantidad de virtudes que tiene como individuo.

Es una forma de ser

La elegancia no es algo que llevamos puesto, es una forma de ser que nos caracteriza a todos, mucho más de lo que nos caracterizaría un bolso de marca. Esa hermosura y sencillez que deslumbra de la elegancia, viene en una presentación distinta a lo material: la forma en que una persona se comporta.

Cuando se es elegante, se demuestran virtudes y hábitos tan importantes como la buena educación y los buenos modales, donde se demuestra que la persona puede darle valor a todas las personas sin importar su raza, situación económica o ningún otro aspecto por el que se pueda discriminar.

A su vez, la buena educación deriva en actos tales como defender lo correcto ,lo justo, luchar en contra de todo lo que atenta con la estabilidad y con el equilibrio en el mundo, así como también luchar en contra de las injusticias de cualquier tipo, hacia cualquier ser humano.

Ser elegante

Una persona elegante se viste de buenas virtudes, donde se contenta por los logros de los demás, vive los triunfos de los demás como si fuesen suyos, no se entromete en la vida de nadie más, no vive de rumores, no busca dañar a nadie, es positiva y siempre quiere hacer el bien porque cree en las personas, en el mundo y en que se puede lograr.

Este tipo de personas saben darle valor a todo y a todas las personas, entendiendo que todos ocupamos un lugar en este mundo y que todos importamos, sin importar nada. Son personas nobles y buenas.