Un buen educador dijo a sus discípulos
que escucharan bien lo que decían las personas sobre sus posesiones.
Al mes
les preguntó cuál era la
expresión más usada y todos coincidieron en la siguiente: "Esto es
mío".
Entonces
el sabio guía les dijo: Existen
cuatro tipos de personas:
1.- El justo que afirma:
"Lo mío es mío; lo tuyo es tuyo".
2.- El enamorado que exclama:
"Lo que es mío es tuyo y lo tuyo es mío".
3.- El egoísta que piensa:
"Lo tuyo es mío y lo mío es mío".
4.- El santo que actúa:
"Nada es de uno, todo
es prestado y es para el servicio de todos".
Ahora
bien, ¿cómo alcanzar el
sereno desapego de los santos y los sabios y andar ligeros de equipaje?
Con una
espiritualidad viva, muy unidos a Dios y bien conscientes de que somos simples
administradores de los bienes del Universo.
Nada es de uno, todo es prestado y cuando descubres la alegría de
compartir, atesorar pasa a un segundo plano.
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