Entienda. Ejercicio no es matarse, sudar y
sufrir. Nada de eso, empiece por caminar más, usar las escaleras, abandonar un
poco el carro y no quedarse quieto. Muévase cada día más sin amargarse.
Olvídese. Ni de fundas se obsesione con
básculas, cintas métricas y cronómetros. Las metas y límites son suyos,
modifíquelos cuando quiera y pueda. Pocos minutos son mucho si no se rinde.
No aguante. Dieta no significa
hambre ni restricciones absurdas. Mérmele a los dulces, las harinas y las
grasas, así como al tamaño de las porciones y no coma comida chatarra. Cuando
se acostumbre a comer menos puede retirar progresivamente lo que menos le
apetece. Inténtelo.
Ayúdese. No sólo dieta y ejercicio son amigos
del bienestar, también si no fuma, le baja al traguito, duerme lo suficiente y
evita rabietas. Sin matarse.
Bájele a la sal, ríase, vaya a un
chequeo médico, reza, no se automedique, haga de los hábitos sanos sus aliados
y feliz día.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios