Según el estudio, cuando una persona se
divorcia sus amigos son 75 por ciento más proclives a hacer lo mismo
Un nuevo estudio plantea que, al igual
que la gripa, las separaciones pueden transmitirse entre la familia o los amigos.
Para
un grupo de expertos una persona al divorciarse de su cónyuge puede ser
contagiosa e influir en su círculo de amigos y familiares, hasta llevarlos a
que se separen también. La
idea se basa en la teoría del contagio social según la cual una conducta o una
emoción se propaga a través de un grupo, en una especie de efecto dominó.
"Es un contagio como el de la gripa. Cuando uno se infecta con el virus es
muy probable que se propague a otras personas. Y esto mismo ocurre con muchos
comportamientos sociales".
Por el contrario, las personas que
gozan de cierta notoriedad dentro de un grupo son menos proclives a partir
cobijas, y lo mismo sucede en las parejas con hijos.
La
explicación para este efecto dominó del divorcio es que cuando una persona le
cuenta a otra sobre su separación, la persona casada conoce información sobre
las ventajas y los inconvenientes de esta situación, e inconscientemente hace
una valoración de su matrimonio. "Cuando alguien está pasando por un
proceso de separación, el otro puede empezar a evaluar la idea, a ver
semejanzas con su relación y, de acuerdo con la experiencia del otro, saber
sobre algunas ventajas de estar separado, como ponerles fin a las peleas
conyugales".
Esto
no solo sucede con las separaciones sino que es un efecto que tienen las redes
sociales en otros aspectos de la relación: "Si dentro de un grupo de
amigos hay una pareja que se casa, es muy probable que los otros también se
unan, y así ocurre cuando alguien decide tener hijos. En los temas de sexo la
influencia es más poderosa y por eso es común ver en un grupo de jóvenes que
cuando hay unos que empiezan a tener relaciones sexuales, los otros también lo
hacen".
Varias investigaciones han demostrado
el efecto que tiene una separación de persona a persona, sobre todo de padres a
hijos, lo que se conoce como la transferencia intergeneracional del riesgo de
divorcio. Esto supone que los nacidos de papás divorciados son más propensos a
que sus matrimonios se rompan, sobre todo si la otra persona también creció en
un hogar dividido.
El
estudio dice que así como existe la posibilidad de que las personas divorciadas
promuevan la separación en los demás porque les trae beneficios en su vida
personal, también puede producir el efecto contrario. Para algunos romper con
su pareja conlleva graves problemas tanto económicos como sentimentales, lo
que, según los expertos, genera un efecto inhibidor en los demás y al ver por
lo que está pasando su compañero deciden no experimentar lo mismo.
Uno repite un comportamiento siempre y
cuando este le represente una ganancia y no un castigo".
Para
los investigadores, la importancia de este hallazgo es que puede contribuir a
poner fin a lo que ellos llaman una "epidemia" de divorcios.
EL DIVORCIO ES COMO UNA ENFERMEDAD QUE SE PROPAGA ENTRE VARIOS, Y TIENE
QUE ENTENDERSE COMO UN PROBLEMA PÚBLICO Y SOCIAL.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, escriba aquí sus comentarios