Aunque suene paradójico alégrate cuando
te aguijonea en el interior esta sensación: "Me falta algo", aunque
lo tengas todo.
Brinca
de júbilo porque es un
llamado del alma a comenzar un trabajo interno, un trabajo contigo mismo.
Una
labor exigente pero valiosa para
reconocer las máscaras que has usado a lo largo de la vida.
La vida
te convoca a un despertar
de conciencia y, por eso, lo que te dejaba satisfecho ya no te llena.
Haz una labor de purificación y
pulimiento; cae en
la cuenta, hazte presente, sé
más espiritual y llena un vacío interior.
Poco a
poco o, de repente, puedes
tomar conciencia de tu herencia divina y de tu verdadero ser.
Esmérate por ser mejor, deja de identificarte con el
hacer o con el tener, céntrate
en el Ser y dale prioridad al amor.
Es un trabajo exigente pero maravilloso
que te da paz y armonía.
De pronto, un día sientes que ya no te falta
algo.
Entonces no das amor, eres amor.
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