Un
joven de unos 20 años grita en un autobús: ¡Papá, mira los árboles, tan
hermosos! El Papá sonrió.
Una pareja sentada comentó entre sí: Tan infantil, a esa edad
y hablando como un niño.
El
joven exclamó de nuevo: ¡Papá, tan lindo el cielo azul y las nubes que se
mueven despacio!
La muchacha de la pareja no pudo resistirse y
dijo al anciano: ¿Por qué
no llevas a tu hijo a un buen médico?.
El anciano sonrió y dijo: De allá vengo, a mi hijo lo
operaron y recuperó la vista, era ciego.
Hoy
ya puede ver gracias a Dios y al cirujano, ya puede disfrutar lo que otros no
aprecian.
La pareja quería tragarse sus juicios
apresurados.
Practica
esta ley: Antes de hablar, verificar.
No
juzgues ni opines sin conocer la realidad, o la verdad te
golpeará y te hará sentir muy mal.
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