La
innovación ya no determina el cambio tecnológico, la tecnología tiene vuelo
propio y ahora determina y obliga a innovar. Las empresas que no se adapten
verán el efecto que tiene el poder de cualquier ciudadano de transformar el
mundo.
Una de las crecientes inquietudes con los cambios y
transformaciones del mundo actual radica en tratar de responder si estamos ante un evidente caso de
escasez de recursos o si existe la capacidad para sortear los problemas
modernos de la humanidad cuando se habla de que el agua, la energía, los
alimentos y la magnitud de la población mundial, están en contravía y no solo generan el cambio
climático sino que aportan a una mayor desigualdad.
¿Son acaso personas que viven en estado de negación
aquellas que en medio de esta complejidad e incertidumbre se declaran
optimistas?
Para Peter Diamandis, la humanidad en todos los siglos se ha enfrentado a los
problemas más difíciles que haya existido antes y ha logrado superar las
limitaciones que tenía. Por eso se declara optimista.
Peter Diamandis llama la atención su teoría sobre que la vida humana cambiará en los
próximos 50 años más que en los últimos 5.000 años, afectando desde la
concepción de la vida y del cuerpo humano, hasta la inteligencia y las
habilidades de las personas.
Pero antes recalca que la mayoría de personas están
inconscientes de la velocidad de lo que hoy está pasando y lo que quiere decir
para el futuro de la humanidad. “Ya hay hoy más teléfonos celulares que personas en el mundo, es algo
que tomó tan solo 20 años y uno de estos equipos electrónicos tienen un poder
computacional mayor que todo el Departamento de Defensa de Estados Unidos en
los años 60, o mejor capacidad de comunicación y de acceder a más información
y conocimiento que un presidente de Colombia o los Estados Unidos hace 15 años,
pero las personas aún no
lo notan”.
La secuencia del genoma humano, el redescubrimiento del
universo y de planteas con la posibilidad de encontrar vida en los próximos 10
años, la producción de energía más que en ningún otro momento de la humanidad,
son algunas de las nuevas realidades que llevarán a reinventar la salud, la
educación, la producción de alimentos, la producción de energía y agua, según
Peter Diamandis.
¿Pero
puede la velocidad del cambio ampliar o cerrar las brechas entre países ricos y
pobres?
“Creo
que la brecha entre países se cierra pero la brecha entre súper ricos y el
resto se amplía. Vamos de un mundo de quienes tienen y quienes no tienen
a uno en el que todos
tienen cubiertas sus necesidades básicas pero unos son súper tienen”.
Destaca que una importante diferenciación ahora es que
quienes desean tener impacto en el mundo lo pueden hacer mientras que en el
pasado estaba reservado a los líderes y dirigentes monárquicos o jefes de
Estado e incluso a las grandes corporaciones. “Cada uno tiene hoy como generar cambios porque desde la
financiación de ideas hasta el acceso a la experticia es no solo libre sino
democrática”.
Pero Diamandis señala que los gobiernos están para mantener las cosas iguales y que su
vocación de sobreregular genera choques con la creciente velocidad del cambio
tecnológico, algo que los gobiernos no entienden. “Cuando los cambios
tecnológicos tienen el natural impacto de crear rupturas en todas las
industrias se generan
problemas con quienes desean que no haya
cambios y que todo siga en su lugar”.
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