En
1912, cuando se hundió el Titanic, se empleaba el alfabeto morse en la
comunicación internacional.
En ese entonces tres impulsos cortos eran la letra S y tres largos la
letra O. Por lo mismo, SOS era fácil de transmitir.
Debido a eso esas tres letras se eligieron
como signo de alerta en un convenio internacional en 1908.
Como a los humanos les gustan a veces las
leyendas mucho más que la verdad, a ese signo le han acomodado varias
interpretaciones.
Una
de ellas es Save our souls, salva nuestra alma; otra es Save our ship, salven
nuestro barco; Sálvanos, oh, Señor.
Ninguna
corresponde a la realidad, pero muchos lo creen porque de
falsas creencias está lleno este mundo.
Son pocos los que desarrollan un sentido
crítico, en especial en los credos donde es pecado pensar.
El precepto allí es: Cree a ciegas todo lo que te enseñan los líderes
religiosos sin una sola pizca de discernimiento.
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