"Uno
de los atributos fundamentales del ser humano, básicos para su felicidad, es la
capacidad para dar y recibir amor. Valorar al prójimo, compartir momentos con
él y decirle con palabras y
gestos
"es bueno que existas", "me importas", "te
quiero".
"Cada
amanecer debe traernos algo con lo que estar entusiasmados. Disfrutemos
con
optimismo de los pequeños y efímeros placeres y detalles
de la vida. Hagamos
inmediatamente
lo que sabemos propicia la felicidad. Es de sabios ser feliz con casi
cualquier cosa, pues segundo a segundo se teje nuestra
felicidad".
Los momentos que las personas más asocian a la felicidad
son las vacaciones y las
comidas en familia. Lo hacen, sobre todo, las personas
que se declaran más felices.
Las Navidades también se encuentran entre los momentos
más conectados con la felicidad, si bien es la ocasión en la que se registra
una mayor diferencia entre las personas felices e infelices.
Las vacaciones: Relajarse, viajar y estar con la familia
son los aspectos que más influyen en que las vacaciones de verano sean el
periodo del año más feliz para los entrevistados.
Reunirse con amigos, ir a fiestas: Vivir un momento
especial, mágico
Alejarse de la rutina
Tener un propósito
Hacer buenos actos
"Las
últimas investigaciones y la experiencia cotidiana con pacientes sugieren que
la
felicidad
no sólo contribuye a disminuir el riesgo de diversas enfermedades sino que
parece
facilitar la recuperación de las mismas. Incluso, según algunos estudios, la
felicidad
puede alargar la vida entre 7 y 10 años".
Ante un problema de salud, las personas más felices se
sienten más saludables que los menos felices. También se confirma la relación
entre bienestar y salud y la importancia de familia y amigos como factor que
ayuda a sentirse bien.
Según una investigación de Peter Warr, de la Universidad
de Sheffield, hay algunas características universales que propician que los
trabajadores se sientan felices en su puesto laboral. Una de las principales
consiste en gestionar el contexto o el entorno donde desempeñamos nuestro
trabajo. No sólo es
importante que tengamos un buen jefe o unos buenos compañeros, sino que
participemos activamente, esforzándonos, en convivir armónicamente con ellos.
Favoreciendo nuestras relaciones sociales en el trabajo, pues, favoreceremos lo
que el trabajo nos proporcionará en el plano emocional.
En el ámbito estricto de nuestras tareas, dos de las
características que influirán en nuestra felicidad se resumen en nuestra autonomía para desarrollar
nuestros trabajos (llevando a cabo un diálogo fructífero con nuestros
superiores) y la posibilidad de aprender cosas nuevas, realizándonos
personalmente.
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