El corazón, el estómago, el
cerebro, el hígado, el riñón, la piel y los pulmones presentan a corto y largo
plazos secuelas por grados alcohólicos ingeridos, según investigaciones
médicas.
El alcohol es terriblemente perjudicial. Todos los órganos se afectan
con este consumo.
En el cerebro, por ejemplo, el alcohol en exceso inhibe las funciones de
su parte frontal, reduce la capacidad de memoria, concentración y autocontrol.
La OMS presentó dentro de su informe las alteraciones de las funciones
normales de los órganos por el exceso de las bebidas alcohólicas. Una de las
partes más afectadas es el riñón. Este elimina el agua que ingiere y provoca
que el organismo busque agua en otros órganos.
De ahí proviene el dolor de cabeza, pues las membranas que cubren el
cerebro pierden líquido.
De acuerdo con el informe de la OMS, en América Latina lo que más se
ingiere es cerveza (53%); seguida de un 32,6% de licores (vodka, whisky), y un
11,7% de vino.
Todas las bebidas que
contienen alcohol son dañinas para el cuerpo cuando se consumen en exceso.
Según considera, el estómago y el corazón también resultan gravemente
afectados.
El alcohol aumenta las
secreciones ricas en ácidos y mejora la digestión, pero cuando se bebe en
exceso causa erosiones en la mucosa del estómago producidas por el etanol,
principal componente del alcohol.
El ardor estomacal será mayor si se mezclan diferentes bebidas, ya que
la irritación gástrica se debe a todos los componentes bebidos.
Los efectos del alcohol
provocan un aumento en la actividad cardíaca y aceleración del pulso.
Cuando el alcohol llega a la sangre se produce una disminución de los
azúcares presentes en la circulación, lo que provoca una sensación de debilidad
y agotamiento físico.
No solo es un desgaste para el organismo, progresivamente va dañando
órganos y la función de músculos, arterias y tejidos que a largo plazo originan
enfermedades graves que incluso
pueden causar cáncer.
La OMS calcula que el uso nocivo del alcohol causa cada año 2,5 millones
de muertes en el mundo y una proporción considerable de ellas corresponde a
jóvenes.
Según el informe, el uso
nocivo del alcohol es uno de los cuatro factores de riesgo de enfermedades no
transmisibles importantes que son susceptibles de modificación y prevención.
También están surgiendo indicios de que dicho uso contribuye a aumentar
la carga de morbilidad relacionada con enfermedades transmisibles como, por
ejemplo, la tuberculosis y la infección por el VIH.
Entre los desafíos que se busca solucionar están el refuerzo de la
acción y cooperación internacional, mejorar las políticas de salud y control,
organizar estrategias de prevención, sobre todo con los jóvenes, y equilibrar
los intereses de las marcas comerciales con las consecuencias de un consumo
excesivo.
El consumo excesivo de bebidas
alcohólicas genera adicciones que de acuerdo con su punto de vista son
generadas también por la publicidad. Es necesario que exista más control
de las autoridades por los problemas que acarrea.
De allí que en el mundo se hizo un llamado para reducir en un 10% el
consumo de las bebidas.
Esto, hasta el 2025. La idea es reducir los efectos que produce en la
salud.
Cada habitante del mundo de 15
años de edad o más consume un promedio de 6,2 litros de alcohol puro cada año, según el estudio
de la OMS. Este organismo dice en su informe que Chile es una de las naciones
que consume con mayor frecuencia este producto.
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