Un discípulo acudió al maestro para preguntarle:
-Maestro,
¿cuánto vale un ser humano?
El maestro no respondió a la pregunta, se limitó a sacar de uno de sus
bolsillos un diamante y decir a su discípulo:
-Ve
al bazar y pregunta a varios comerciantes cuánto vale este diamante.
Pero... ¡No lo vendas! Después
vienes a verme y me cuentas cuánto te han ofrecido por él ¿De acuerdo?
-De acuerdo maestro-.
El discípulo fue al bazar, presentó el diamante a un vendedor de verduras y le
preguntó cuánto le darían por la joya.
-Te
podría ofrecer hasta cuatro kilos de patatas-.
El discípulo acudió a una cacharrería y el propietario le
dijo:
-Por este diamante te podría entregar unos potes de bronce y dos cubos de
latón-.
Después, el discípulo acudió a una bisutería. El dueño,
tras examinar el diamante, dijo:
-Por
este diamante te puedo ofrecer un collar y unos pendientes de acero-.
A
continuación el discípulo se dirigió a un joyero, que cogiendo el
diamante en sus manos, le dijo:
-Por
esta joya podría ofrecerte una buena suma de dinero-.
Decidió
finalmente ir a la joyería mejor del bazar. El dueño era un gran joyero
y, después de examinar con lentitud el diamante, comentó:
-Amigo
mío, este diamante no tiene precio. ¡Su valor es realmente incalculable! ¡No
hay suma de dinero que pueda adquirirlo!-
Cuando el discípulo le contó al maestro todas sus
gestiones, éste le dijo:
Creo
que ya no hace falta que te lo explique... Tu mismo te habrás dado cuenta.
El
valor de un hombre depende siempre de quien lo "tase".
Un
ser humano es tan valioso que supera todo valor convencional.
Las personas sensibles y lo suficientemente evolucionadas
tratarán de no dañar jamás a ninguna persona, porque saben que...
La
vida de un ser humano es de un valor incalculable.
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