Biblia cristiana > Antiguo Testamento > Libros
Históricos > Jueces > Sansón y Dalila (7:16:4 - 7:16:22)
Aconteció después de esto que Sansón se enamoró de una mujer del valle de Sorec,
cuyo nombre era Dalila.
Y fueron a ella los jefes de los filisteos y le dijeron:
—Persuádele y averigua en
qué consiste su gran fuerza, y con qué lo podríamos dominar para atarlo y
atormentarlo. Entonces cada uno de nosotros te dará 1.100 piezas de
plata.
Y Dalila dijo a Sansón: —Dime, por favor, en qué consiste tu gran fuerza, y con
qué podrías ser atado para ser atormentado.
Sansón le respondió: —Si me atan con siete cuerdas de arco frescas que aún no
estén secas, entonces me debilitaré y seré como un hombre cualquiera.
Los jefes de los filisteos le llevaron siete cuerdas de
arco frescas que aún no estaban secas, y ella lo ató con ellas.
Ella tenía personas acechando en un cuarto. Entonces ella
le dijo: —¡Sansón, los
filisteos sobre ti! Pero
él rompió las cuerdas como un cordel de estopa se rompe cuando toca el fuego. Y
no se supo en qué consistía su fuerza.
Entonces Dalila dijo a Sansón: —He aquí que te has burlado de mí y me has
dicho mentiras. Ahora dime, por favor, con qué podrías ser atado.
El le dijo: —Si me atan fuertemente con sogas nuevas que no hayan sido usadas,
entonces me debilitaré y seré como un hombre cualquiera.
Luego Dalila tomó sogas nuevas y lo ató con ellas. Y le
dijo: —¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y había personas acechando en el
cuarto. Pero él rompió las
sogas de sus brazos como un hilo.
Entonces Dalila dijo a Sansón: —Hasta ahora te has burlado de mí y me has dicho
mentiras. Dime, pues, con qué podrías ser atado. El entonces le dijo: —Si tejes los siete mechones de
mi cabellera entre la urdimbre, y los aseguras con la clavija del telar contra
la pared, me debilitaré y seré como un hombre cualquiera. Dalila lo hizo dormir y tejió
los siete mechones de su cabellera entre la urdimbre.
Luego ella aseguró la clavija y le dijo: —¡Sansón, los
filisteos sobre ti! Pero
al despertar de su sueño, él arrancó la clavija del telar con la tela.
Y ella le dijo: —¿Cómo, pues, dices: “Yo te amo,” siendo que tu
corazón no está conmigo? Ya son tres veces las que te has burlado de mí, y no me has revelado en
qué consiste tu gran fuerza.
Y aconteció que como ella le presionaba todos los días
con sus palabras y le importunaba, el alma de él fue reducida a mortal
angustia.
Entonces le descubrió todo su corazón y le dijo: —Nunca
pasó una navaja sobre mi cabeza, porque soy nazareo de Dios desde el vientre de
mi madre. Si soy rapado,
entonces mi fuerza se apartará de mí, me debilitaré y seré como un hombre
cualquiera.
Viendo Dalila que él le había descubierto todo su
corazón, envió a llamar a los jefes de los filisteos, diciendo: “Venid esta vez, porque él me ha
descubierto todo su corazón.” Entonces los jefes de los filisteos fueron a
ella, llevando el dinero en la mano.
Ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas. Llamó a
un hombre, quien le rapó
los siete mechones de su cabeza. Entonces ella comenzó a atormentarlo,
pues su fuerza se había apartado de él.
Y ella le dijo: —¡Sansón, los filisteos sobre ti! El se despertó de su sueño y
pensó: “Saldré como las otras veces y me escaparé.” Pero no sabía que Jehovah
ya se había apartado de él.
Entonces
los filisteos le echaron mano, le
sacaron los ojos y lo llevaron a Gaza. Y lo ataron con cadenas de bronce,
para que moliese en la cárcel.
Sin embargo, después que fue rapado, el cabello de su
cabeza comenzó a crecer.
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