De acuerdo con una hipótesis, los
sueños evolucionaron para realizar una función psicológica importante:
Un modo de practicar el manejo de
situaciones peligrosas mientras se
duerme lo que es
una ventaja para confrontarlas en el día.
Esta teoría de “simulación de
amenazas” explica la prevalencia de la negatividad y la agresión en los
sueños.
Incluso
los habitantes de las ciudades a menudo sueñan ser atacados en una jungla por animales peligrosos o
extraños.
Incluso
si la persona fracasa en el sueño, la prueba parece familiar en la vida real y la ilusión de familiaridad
se traduce en una ventaja real.
En
tiempos de estrés, soñamos
sobre exámenes en los que en la realidad tuvimos éxito o perdimos.
El cerebro nos recuerda un momento en
el que superamos algo a lo que temíamos, lo que fomenta nuestra confianza.
El
psicólogo Frederick Snyder concluyó que soñar es una réplica notoriamente fiel de la vida cuando uno
está despierto.
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