Varios medios están
obsesionados con temas apocalípticos y saben que eso atrae sintonía.
Y no hay que ser síquico
para vaticinar que eso irá in crescendo cada año.
Paciencia, Señor.
Eso me hace recordar a los primeros cristianos que
esperaban con pánico un fin inminente.
El mal era tan
contagioso y dañino que San Pablo escribió sobre el tema en cartas como la
Segunda a los Tesalonicenses.
De hecho, él también
creía en lo mismo pero los invitaba a estar serenos y esperar un poco más.
También hoy hay creyentes ingenuos y otros mezclan fe y
temor, un pobre recurso de ciertos predicadores por siglos.
Haz una remembranza y
verás que desde que vives le han fijado varias fechas al supuesto fin.
Pero tú confía en Dios y ama en el ahora. Pasaran los
año, pero volverán a asustar a los incautos con otras fechas siniestras.
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