Cuenta
una antigua leyenda oriental que la reina Malika paseaba por los jardines de
palacio con su marido, el rey Kosala, durante un cálido atardecer.
El cielo estaba azul y el horizonte se apreciaba colores
rosas y anaranjados.
Los sonidos de las aves y de la brisa del viento se
tamizaban a través de las hojas de los árboles.
La pareja iba cogida del brazo cuando el rey le pregunto a
Malika; "a quien amas
más en este mundo?",-suponiendo que diría a él -la reina se tomo su
tiempo para contestar.., "sabes querido? -le contesto- creo que me amo mas a mi
misma"
El rey reflexionó, y le dijo que creía que también él se
amaba más a si mismo.
Malika había sido una de las primera damas convertidas al
budismo, y aunque su marido no era budista, respetaba sus creencias.
Así,
ambos estuvieron de acuerdo en ir a visitar a Buda al día siguiente y pedirle
su parecer.
"Amarse
más a uno mismo, es el primer paso del camino, solo cuando lo practicas,
eres capaz de amar plenamente a los demás, y cuando lo haces, también entiendes
que los demás se amen más a si mismos"
"El paso siguiente, es practicar, no sentirte ni superior ni
inferior a los otros, después, podrás aprender a aceptar al otro tal como es, y a aceptarte a ti mismo tal como
eres, no igual a los demás.
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