Los médicos y sus pacientes deberían
leer libros como "Obedece a tu cuerpo" de Lise Bourbeau.
Entonces no se concentrarían solo en
eliminar síntomas, sino en aprender de ellos y buscar cambios de vida.
Aprenderían a ver la enfermedad como lo
que es: una maestra que educa en la escuela del dolor.
Toda
enfermedad viene de vacíos emocionales mentales y espirituales. Te invita a
hacerte dos preguntas:
1. ¿Qué me impide este síntoma?
2. ¿Qué me impone este síntoma?
Preguntas
que revelan para qué llega esa enfermedad.
“Un síntoma corrige desequilibrios: el acelerado es obligado a
descansar, el acelerado es inmovilizado y el muy locuaz es silenciado”.
Si el
médico y el paciente pretenden volver al estado de antes se equivocan y son
ingenuos.
La crisis ha llegado exactamente para
lo contrario: para llevar al paciente a nuevos estados de consciencia y de
vida.
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