La
rigidez, la pérdida de movilidad y el dolor de cuello y en los hombros son los
síntomas más frecuentes de la artrosis que afecta a la columna cervical. A fin
de reducir los síntomas de esta enfermedad degenerativa, para la que no existe
una cura definitiva, pon en práctica estos consejos.
Frena
el desgaste del cartílago.
Aumentar la ingesta de aquellos nutrientes que
intervienen en la regeneración del cartílago que separa las vértebras ayuda a
reducir su desgaste. Entre ellos, el azufre -verduras de la familia de la col,
ajo, puerro, yema de huevo y cebolla-, la vitamina C - fruta cítrica, tomate,
pimiento, kiwi, fresas, pimiento rojo crudo, etc.- y los ácidos grasos Omega 3
- pescado azul y semillas de lino-.
Relaja
la musculatura.
También da muy buenos resultados seguir una dieta en la
que predominen los vegetales verdes -algas, espinacas, aguacate, kiwi, etc.-.
Las verduras y frutas de este color son ricas en magnesio, un mineral que
relaja la musculatura contraída alrededor de la lesión.
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