Al
secarse una gota de café en una superficie sólida no queda una mancha uniforme,
sino un anillo. Es lo que se denomina el “efecto del anillo de café”.
En 1997, unos físicos revelaron en la revista
Nature que el fenómeno se debía a que en la gota de líquido depositada en una superficie
sólida, las partículas esféricas tienden a desplazarse hacia del borde de
manera que, cuando el líquido se evapora, la mayoría de las partículas han
llegado a ese límite y forman la mancha con forma de anillo.
Sin embargo, en un estudio publicado en el
último número de Nature, Arjun Yodh y sus colegas de la Universidad de
Pensilvania (EE UU) han demostrado que hay un modo de evitarlo: reemplazando
las partículas esféricas por partículas elipsoidales, que inducen fuerte
atracción entre esas partículas de manera que tienden a quedarse atrapadas en la superficie de la gota,
bloqueándose unas a otras y cubriendo uniformemente la mancha cuando se seca.
Según los experimentos, basta con estirar la
geometría de las partículas esféricas aproximadamente un 20% para lograr una
deposición uniforme de la mancha. Esto podría aplicarse en pinturas, tintas de impresora y cualquier
situación en la que se necesiten coberturas uniformes de una superficie.
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