Este es un día estupendo si reconoces tus
debilidades y dejas de culpar a otros o al mismo Dios. “Si siempre piensas que el problema está afuera,
ese pensamiento es el problema”.
Pero
todo cambia cuando dejas de diferir las soluciones, alejas los juicios, te
sinceras y entras en tu interior.
Allí están las semillas del mal o del bien y
únicamente puedes
descifrar tu vida mirando hacia adentro sin fáciles autoengaños.
Decide
valorarte, sana tu pasado, vive en el amor y recuerda que únicamente tienes el
instante.
Aceptarte es un buen antídoto y un estupendo
sedante, te mueve a
valorarte y aceptar a los demás.
La
luz brilla si no eres ni víctima ni victimario y centras tu vida en amar, no en competir ni en envidiar, en actuar, no en postergar.
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