William James fue un filósofo norteamericano que
estudió la conciencia y los fenómenos paranormales. Una vez dijo: "el
mayor descubrimiento sobre el ser humano es que la persona que cambia su
actitud, puede cambiar su realidad". Todo depende de tu respuesta, de cómo
reaccionas ante los hechos: con fe o desaliento, compromiso o derrotismo.
Cuando cambias tu actitud y tu mente, entonces la sombra se convierte en luz
radiante. Tu vida no es un enigma sin solución, cuando amas de verdad y le das
prioridad a los asuntos del espíritu. Tu vida fluye serena, a pesar de los
contrastes, cuando sabes detenerte y tomas conciencia. Aprende a entrar en tu
interior, examínate reconoce tus vacíos y haz planes para mejorar. Cambiar de
actitud no es fácil, pero aquellos que lo hacen se convierten en trabajadores de
la luz y en seres conscientes y coherentes.
No obstante, cuesta cultivar una actitud coherente y al pensarlo es bueno
recordar a Eugene Ormandy, quien fue por años el aclamado director de la
Orquesta de Filadalefia. Era también famoso por dichos curiosos o paradójicos
como: "nunca digo lo que pienso, pero me las arreglo para decir algo
parecido". Ser coherentes en el pensar, el decir y el hacer, es una
conquista espiritual. Lo normal para algunos es vivir divididos y, por lo
mismo, sostener una batalla desgastante entre lo que se piensa, se dice y se
hace. Los platos rotos de ese conflicto interno se pagan con una mala salud
mental, emocional y espiritual. Por eso, los sabios insisten en la urgencia de
actuar con buena conciencia, coherencia y consistencia. Tú eres inteligente si
obras con buen corazón, no negocias tus principios y eres flexible sin ser
voluble. Así no dirías como Ormandy: "voy a explicar lo que hago. No
quiero confundirlos más de lo absolutamente necesario".
Un buen guía en el exigente arte de evolucionar con buena actitud es el gran
filósofo griego Epicteto. Vivió como esclavo muchos años, fue liberado y murió
en el año 135 d.C. Te invito a aprovechar algunas de sus sabias sugerencias:
-No pretendas que las cosas ocurran como tú quieres. Desea, más bien, que se
produzcan tal como son, y serás feliz. -¿Quieres salir del grupo de los
esclavos? Rompe tus cadenas internas y desecha el temor y los juicios. -Culpar
a los demás de tus infortunios es andar errado; asumir tu responsabilidad te hace
sabio. -El sabio participa en la política, pues es un delito no ayudar a los
pobres y es cobardía ceder el paso a los corruptos. -El adulto yerra cuando
enjuicia el hoy con el criterio del ayer. -Un barco no debe navegar con una
sola ancla, ni la vida con una sola esperanza. -La felicidad no consiste en
adquirir y gozar, sino en no desear nada, pues sólo así se es libre. -Si no tienes ganas de estar
frustrado debido a tus deseos, desea sólo aquello que depende de ti.
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