¿Cuáles
son las más grandes amenazas globales para la humanidad? ¿Estamos al borde de
nuestra propia inesperada extinción?
Un equipo internacional de científicos, matemáticos y
filósofos que trabajan en el Instituto del Futuro de la Humanidad de la
Universidad de Oxford está investigando cuál es el mayor peligro para la
supervivencia del Hombre como especie.
En el documento "Riesgo existencial como prioridad
global" argumenta que los dirigentes internacionales tienen que prestarle
mucha atención a una serie de amenazas.
El director del instituto, el filósofo sueco Nick
Bostrom, advierte que lo que está en juego no puede ser más importante: si nos
equivocamos, éste puede ser el último siglo de la humanidad.
Las buenas noticias
¿Cuáles
son los mayores peligros?
Se
estima que el 99% de las especies que han existido se han extinguido, como el
dodo.
Empecemos por lo alentador.
Las pandemias y los desastres naturales pueden causar
colosales y catastróficas pérdidas de vida, pero Bostrom cree que no acabarían
con la humanidad.
La
especie humana ya sobrevivió muchos miles de años a enfermedades, hambrunas,
inundaciones, depredadores, persecuciones, terremotos y cambios climáticos. Así
que la probabilidad está a nuestro favor.
Por otro lado, en el marco temporal de un siglo, califica
el riesgo de extinción por el impacto de un asteroide o una súper explosión volcánica como
"extremadamente bajo".
Respecto a conflictos bélicos, incluso las pérdidas de
vida sin precedentes autoinflingidas del siglo XX, con dos guerras mundiales, no lograron frenar el
aumento de la población global.
Una guerra nuclear podría ocasionar una horrible
destrucción, pero el equipo de expertos calcula que suficientes individuos podrían sobrevivir
como para permitir que la especie subsista.
¡Uff!
Si ese es el consuelo para hacernos sentir bien... ¿de
qué nos tenemos que preocupar entonces?
"Éste
es el primer siglo en la historia del mundo en el que el más grande riesgo
viene de la humanidad"
Lord Rees, astrónomo real británico
Bostrom señala que hemos entrado en una nueva clase de
era tecnológica con el potencial de desafiar nuestro futuro como nunca antes. Son "amenazas sobre las que
no tenemos historial de supervivencia".
Comparándolo con un arma peligrosa en manos de un niño,
el avance en la tecnología ha rebasado nuestra capacidad de controlar las
posibles consecuencias.
Experimentos en áreas como biología sintética, nanotecnología
e inteligencia artificial se están precipitando hacia el territorio de lo
accidental e imprevisto.
Una por una
La
biología sintética, en la que la biología se encuentra con la ingeniería,
promete importantes beneficios médicos. No obstante, a Bostrom le
inquietan las secuelas
inesperadas de la manipulación de las fronteras de la biología humana.
La
creación de nuevos organismos puede tener efectos secundarios ecológicos
desconocidos.
Seán O'Heigeartaigh, un genetista del instituto y experto
en evolución molecular, desconfía de las buenas intenciones mal informadas,
pues en los experimentos
se hacen modificaciones genéticas, desmantelando y reconstruyendo las
estructuras genéticas.
"Lo más probable es que no se propongan hacer algo
dañino", apunta, pero subraya que siempre existe el peligro de que se dispare una secuencia de
eventos no anticipada o de que algo se torne nocivo cuando se transfiera a otro
ambiente.
"Estamos desarrollando cosas que pueden resultar
profundamente mal".
La nanotecnología, trabajar a nivel molecular o atómico,
también podría tornarse en algo altamente destructivo si se usa para la guerra. Por ello, los gobiernos futuros
enfrentarán el gran reto de controlar y restringir su mal uso.
El poder de lo pequeño
La manera en la que la inteligencia artificial interactuará con el mundo
exterior es otro de los temores del ecléctico grupo de expertos reunidos
en Oxford. Esa "inteligencia" informática puede ser una herramienta poderosa para la
industria, medicina, agricultura o el manejo de la economía.
Se teme una explosión descontrolada de inteligencia
artificial.
Pero también es completamente indiferente a cualquier
perjuicio fortuito.
Daniel Dewey, quien se enfoca en superinteligencia
artificial, habla de una "explosión
de inteligencia" en la que el poder acelerado de las computadoras se
vuelve menos predecible y controlable.
"La inteligencia artificial es una de las
tecnologías que pone más y más poder en paquetes más y más pequeños".
Así como con la biotecnología y la nanotecnología,
"se pueden hacer cosas que resultan en reacciones en cadena, y con muy
pocos recursos se pueden emprender proyectos que pueden afectar a todo el
mundo".
Lo que no sabemos
Estos no son conceptos abstractos, asegura
O'Heigeartaigh.
"Con cualquier nueva poderosa tecnología -opina
O'Heigeartaigh-, debemos pensar detenidamente en qué sabemos, pero quizás es
más importante en este momento estar conscientes de lo que no estamos seguros
de saber".
"Éste es el primer siglo en la historia del mundo en
el que el más grande riesgo viene de la humanidad", señala el astrofísico
y actual astrónomo real británico Martin Rees.
"Con
cualquier nueva tecnología hay ventajas pero también riesgos",
observa. "Es una cuestión de escala: vivimos en un mundo más interconectado:
más noticias y rumores se difunden a la velocidad de la luz. Por ello, las consecuencias de un error o
terror son más desmedidas que en el pasado".
Lamenta que mientras que sí nos preocupamos por riesgos
individuales más inmediatos, como los vuelos aéreos o seguridad alimentaria,
tenemos más dificultad en reconocer peligros más serios.
¿Debemos angustiarnos por un apocalipsis inminente?
"Hay un cuello de botella
en la historia de la humanidad. La condición humana va a cambiar"
Nick Bostrom
Ésta no es una ficción distópica: la brecha entre la velocidad del avance
tecnológico y nuestro conocimiento de sus implicaciones es real, recalca
Bostrom.
"Estamos al nivel de los niños en términos de
responsabilidad moral, pero con la capacidad tecnológica de adultos".
No obstante, la trascendencia del riesgo existencial
"no ha entrado en el radar de la gente".
Listos o no, advierte, el cambio está próximo.
"Hay un cuello de botella en la historia de la
humanidad. La condición humana va a cambiar. Puede ser que termine en una
catástrofe o que nos transformemos tomando más control de nuestra
biología", sostiene el filósofo.
"No
se trata de ciencia ficción, ni de una doctrina religiosa o una conversación en
un bar: no hay ninguna razón moral admisible para no tomarlo en serio".
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