Busca un lugar calmado, relájate y pon en las manos de
Dios y los seres de Luz tus sueños para este día.
Un ritual muy poderoso es invocar al
Arcángel Rafael que sana mente alma y cuerpo y que con Dios te limpia y te
renueva.
Busca un lugar calmado, cierra tus
ojos, respira, relájate
y visualiza una luz verde esmeralda que entra por tu centro coronario y va de cabeza a pies.
Cree que lleva hasta el suelo toda la
energía negativa y
que de verdad liberas
odios, rabia, culpas y temores.
Da gracias y luego invoca con fe a
Samuel el arcángel del amor,
cuya hermosa luz es de color rosado.
Siente que esa luz nace en tu corazón y
se expande a todo tu ser
y afirma: Me lleno de amor
a Dios, a mi mismo y a los demás.
Finalmente
escribe en un papel tus
fallas y los agravios recibidos.
Perdónate y perdona de corazón para estar en paz y armonía.
Quema ese papel y al hacerlo ora con fe
y afirma: Perdono, me perdono y suelto
todo lo que cargo; inicio
una nueva vida.
Al final da gracias.
¡Qué bueno que este día elijas estar
siempre alerta y evolucionar espiritualmente amando en el aquí y el ahora!
¡Estupendo
que decidas aceptarte,
aceptar a otros y centrar tu vida en buenas prioridades!
Quizás
esto lo has pensado antes, pero
de ti depende que el cambio comience HOY.
¿Si no
ahora, cuándo?
Haz
buenos propósitos que, con
decisión y disciplina, pueden transformar tu vida.
Ahora
bien, una decisión no es un deseo vago, es comprometerse, jugar todas las cartas, es apasionarse.
Por eso
necesitas contar con
buenos aliados que te evalúen, te animen y te den su apoyo.
Una decisión se fortalece cuando se
comparte, en
especial cuando cuentas con el poder del mismo Dios.
Luego
viene la disciplina para
insistir, ser fiel a un plan y no dejar el cambio al arbitrio o al azar.
Elige renovarte.
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