Por: UN CIUDADANO DEL COMÚN
Este ciudadano decidió que es mejor irse a vivir a una
ciudad pequeña, que quedarse en la capital para ver un futuro incierto.
“Dejo
en la Capital una parte importante de mi vida, dos de mis hijos y dos de mis
nietos. Dejo mi historia, mis hermanos, la tumba de mis padres, mi empresa, la
casa que soñé, mis mejores recuerdos, y me duele. Aquí conocí al amor de mi
vida, aquí me casé.
Llegué a esta querida ciudad a los 7 años, y fui su
defensor incondicional. A pesar del clima y del frío temperamento de sus
habitantes, aprendí a amar
lo mejor de sus gentes, de sus rincones, de su creciente y maravillosa
gastronomía.
Durante años me sentí orgulloso de recorrerla y de
mostrarla a mis amigos y colegas que venían del extranjero, que sentíamos más
"atrasadas".
Pero
en mis largas horas de espera en medio de sus interminables trancones,
comprendí que ya era hora de partir. De aquella maravillosa y pujante
ciudad, de aquellos trabajadores y visionarios alcaldes, que transformaron la
ciudad y nos dieron la
esperanza de una mejor calidad de vida, no queda nada.
No logro comprender cómo las últimos gobiernos de ineptos
alcaldes, lograron acabar con nuestro sueño y destruyeron nuestra ciudad como
si le hubiera caído una bomba atómica.
Tampoco
logro entender a una ciudadanía resignada e indiferente, que vota sin pensar,
una y otra vez, eligiendo a ineptos y corruptos políticos de un partido
que no merece más oportunidades, luego de haber destruido la ciudad.
Me voy porque me indigna recibir un millonario cobro de
valorización cuando las calles de mi barrio están destruidas. Al menos por
decencia, deberían cambiarle el nombre a ese atraco disfrazado de impuesto.
Me
voy porque el odómetro de mi carro marca escasos 12 kilómetros de mi casa a la
oficina, y me demoro hora y media en recorrerlos, cuando bien me va.
Me
voy porque es indignante una ciudad donde se venden apartamentos de 7500
dolares el metro cuadrado, y más, cuando acabo de comprar un apartamento
en una ciudad intermedia en 1200 dolares el m2!
Me voy porque para estudiar en un colegio medianamente
decente, mis nietos deben pagar bonos de 10 mil dólares que supuestamente,
están prohibidos por la ley. Pagando una pensión 1500 dolares al mes, mientras
mi nieta, en el mejor colegio de esta ciudad intermedia, bilingüe, paga 300
dolares con transporte.
Me voy porque es un insulto a la razón que los
restaurantes me cobren más que en París o Nueva York, los valet parking cobren
10 dolares por llevarse mi carro a dos cuadras, y adicionalmente le digan a uno
que "la propina es voluntaria"!
Me voy porque he roto tres llantas de mi carro en los
cráteres de las calles, y nadie me responde.
Me
voy porque llevamos 20 años ( o más?) pagando una sobretasa a la gasolina, que
supuestamente era para mantener la malla vial. Dónde está ese dinero?
Me voy porque los dueños de las calles, los blindados y
sus escoltas, parquean
donde les da la gana, donde el común de los ciudadanos no podemos hacerlo.
Me voy porque los buses expiden sus torpedos de humo por
sus exhostos, mientras los que tenemos un carro medianamente nuevo, debemos
pagar por un examen de gases que a todas luces un bus no pasaría.
Me
voy porque los taxis me llevan solo donde ellos quieren, y porque conseguir uno
en horas pico es tarea imposible. Y cuando se ve una posible alternativa
como la del UBER, digna y decente, el poderoso gremio aplasta la iniciativa con
la anuencia del gobierno!
Me
voy porque debo pagar el 100% de los impuestos de mi carro, pero solo lo puedo
utilizar el 50% del tiempo.
Me
voy porque cada entrada a un parqueadero implica descuadrar las finanzas
familiares, nos hicieron creer a los incautos ciudadanos que la solución
era cambiar el cobro de "hora o fracción", por minutos. Qué estúpidos
nos creen, y qué estúpidos somos!
Me voy porque llevamos 50 años haciendo "estudios
para mejorar la malla vial y los sistemas de transporte". Y porque pasarán
otros tantos años discutiendo cuando y como se hara.
Me
voy porque los que se robaron la ciudad aún no reciben condena, y cuando la
reciban será ínfima, y cuando la cumplan saldrán a disfrutar de lo robado.
Me voy porque afortunadamente vivo en un país libre (aún)
y puedo escoger dónde vivir. Y escogí vivir en una ciudad intermedia donde
todavía existe calidad de vida, como la tuvimos en la capital 20 años atrás.
Pero
principalmente me voy por dignidad. Porque me cansé de que se roben mis
impuestos y nada pase. Porque se me acabó la esperanza de cambio, porque no veo
posibilidad alguna de que la ciudad progrese, aunque vengan los mejores
alcaldes. Más bien
la tendencia es a empeorar, porque los políticos siguen enfrascados en sus
cuotas de poder, de corrupción, en una ciudad que no es de nadie, solo de ellos
y de sus escoltas!
Y si no hay esperanza de cambio, simplemente hay que
emigrar.
A mi edad (61 años), ya no veré los problemas de mi
ciudad resueltos. Y no me quedaré para ver la devastación que causará la
construcción de la solucion, mayor aún que la actual! Jamás veré las calles sin
huecos, y no veré una mejora sustancial en mi calidad de vida. Por eso me voy!
Cuando
quiera comer en un buen restaurante, o cuando quiera ir a una obra de teatro,
tomaré un avión y estaré aquí en poco tiempo. Veré a mis hijos y nietos, y
regresaré a la tranquilidad de una ciudad digna, donde pagaré los impuestos que
sean consecuentes con la calidad de vida que escogí!”
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